
Del blanco y negro de Nebraska emerge solo el color de la llama de un pitillo compartido. Un símbolo tan sutil como efectivo. Supone una clausura circular, poética, hermosa en su melancolía y su esperanza. Una derrota noir, esto es, honorable. Aún queda un tierno bang-bang y un cruce de miradas enrejadas, sí, pero el espectador ya comprueba… Leer más »