, archivado en This is England'86 ,

Apareció la mano de Dios. Y, a los pocos minutos, también se hizo hombre.

Fue la revancha de un país deprimido, en un espejismo por recuperar el orgullo tras el desastre de Las Malvinas. La guerra real la ganó Thatcher por goleada; la venganza futbolística, Maradona. Pero esto no es una historia argentina, sino inglesa. No hay dulce musicalidad porteña, sino escupitajos brummy. Ni rastro de victoria; tan solo derrota. Resplandeciente derrota.

Desde su título, This is England’86 apuesta por la decepción, incrustada en el año. Articulada sobre el telón de fondo del Mundial de México, esta miniserie se ubica en un escenario ya conocido. El director y guionista Shane Meadows regresa a las West Midlands donde sucedía su autobiográfica This is England, una película tan bella como sórdida sobre el final de la inocencia. Su protagonista, el jovencísimo Thomas Turgoose, ofrecía allí una de las actuaciones infantiles más impresionantes y turbadoras que uno recuerda.

 

 

Pero parte de la fuerza de aquel film se ha diluído en su continuación televisiva. La obra de Channel 4 recoge al mismo grupo de personajes que parecen salidos de un concierto de los Sex Pistols y los ubica tres años después. Ahora, hace tiempo que los niños dejaron de serlo, Combo ha desaparecido y los gritos de rabia punk han asumido la inutilidad de su nihilismo. Porque en 1986 los personajes se han aburrido de jugar a ser duros. Es lo que en muchos sitios llaman madurar.

Por eso el piloto de la serie es sensacional. Recoge su propia memoria fílmica y la integra en una nueva historia que ha movido su centro de gravedad de Shaun a la pareja LolWoody. Se mantiene el barrio obrero, el anti-thatcherismo, la estética feísta, el realismo grotesco, el humor gamberro, el silencio de la muerte y esa pirueta tan difícil que consiste en mezclar rudeza y ternura, en sembrar diamantes en medio de una pocilga. Pero esta vez no es suficiente.

Aunque cada capítulo tiene momentos muy interesantes, el tono global del resto de la serie cae en el exhibicionismo con facilidad. ¿O convendría decir sensacionalismo? No se puede negar que Channel 4 tiene clara su imagen de marca y que basa parte de su estrategia en superar los límites de lo socialmente visible y en pinchar al espectador con escenas y tramas provocadoras, muy a ras de suelo. Pero, en Skins, en Dead Set o, incluso, en las dos primeras temporadas de Shameless, los excesos están cobijados por la historia que se narra y por la estética que las envuelve. Aquí, umm, no del todo.

 

La crudeza de la película (que contenía escenas de una violencia atroz) era seca y denunciatoria. Sin embargo, la versión televisiva se empeña en abusar de ese recurso gratuito que tan nervioso me pone: una ralentización de la imagen y una musiquilla sensible que trata de decirte cuándo y qué debes sentir, por si no te habías enterado, espectadorzuelo. Y, aquí llegamos al sensacionalismo, (ojo, espoiler) lo emplea para acompañar el asesinato del final o para remarcar la polémica escena de… ¡violación familiar! (fin del espoiler).

En ese momento sentí algo parecido al famoso lamento de Jaques Rivette en Cahiers du Cinéma: “Observen, en Kapo, el plano en que Riva se suicida tirándose sobre los alambres de púa electrificados: el hombre que en ese momento decide hacer un travelling hacia adelante para reencuadrar el cadáver en contrapicado, teniendo el cuidado de inscribir exactamente la mano levantada en un ángulo del encuadre final, ese hombre merece el más profundo desprecio”.

A pesar de su irregularidad y su sensacionalismo, aunque el cierre resulte forzado, This is England’86 alcanza cotas emocionantes y gana puntos estimables. Es una reflexión sobre el sacrificio y la culpa. Con mucho dolor. Con una mirada incómoda. Con jirones de vida. Y con esa amarga sensación de que, en algún momento, perdimos la inocencia para convertirla en una gigantesca pelota de mierda.

 

————
Cortesías (Alex y Fringe)

6 Comentarios

  1. probertoj

    Básicamente de acuerdo y de esto te dije que teníamos que hablar. Para mi gusto, This Is England 86 se pasa de frenada en bastantes escenas y rebaja la altura de la película pese a que, curiosamente, la premisa me parece mucho más emocionante y el clima de la Thatcher estaba aquí en su momento álgido, por lo que había mucho más que contar, mucha más decepción y mucho más final de la inocencia. Buena serie, pero no una magnífica. Estaría bien un "Esto es Argentina '86", que por ese lado también hubo muchas heridas… y Maradona.

    Responder
  2. Kobol

    Yo no me he atrevido a verla aún, y creo que no lo haré hasta que salgan los subs en castellano, la empecé con subs en inglés y había demasiado slang.

    Responder
  3. Nahum

    Creo que precisamente uno de los problemas ha sido centrar el peso del relato en Lol. Su truculencia, mal llevada, ha arrastrado al resto. Quizá habría sido mejor seguir explorando a Shaun hasta el fondo. Pero, claro, ahora te lo presentan como un personaje desactivado, un perdedor en toda regla. Y ahí casi ni había conflicto, a no ser que hubieran tirado a la comedia abierta.

    Responder

Trackbacks/Pingbacks

  1.  Diamantes en serie

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *