, archivado en Treme

“No penséis en términos de un principio y un final. Porque al contrario que algunos entretenimientos con una trama guiada, no hay cierre en la vida real. En absoluto” (Creighton impartiendo clase de Literatura, 1.9.).

El estilo de David Simon no se entiende sin el Periodismo. Es hijo de su rama más noble y probablemente también de la más nostálgica, la que se está quedando fuera de juego ante las nuevas tecnologías. Esa vieja tribu… Intuyo que por eso Simon ha acabado refugiado en la ficción: resulta más eficaz para sus propósitos de compromiso con lo real, tanto desde el punto de vista estético como ideológico.

Con esas nuevas armas, Simon quiso levantar acta y denunciar los errores del sistema en la imprescindible The Wire, la crítica televisiva más demoledora hacia el sueño americano. Sin embargo, con Treme ha dado un alegre paso adelante. Porque esta serie ambientada en el Nueva Orleans post-Katrina habla de reconstrucción, de cómo retejer los consensos básicos de solidaridad y apoyo dentro de un espacio que pueda llamarse “comunidad”, esto es, “ciudad”.

En una memorable escena de la tercera temporada de The Wire, Bunk le espetaba a Omar: “Por muy duro que fuera el barrio, teníamos una comunidad”. Esa misma nostalgia se desparrama ahora por los barrios de una villa herida, que apela a su orgullo (y su mayor orgullo es la música) para que la tormenta no anegue también la esperanza. El futuro. Desde luego que el paralelismo entre la era Bush y la de Obama es evidente, pero no por ello menos efectivo: Treme es un producto genuino de los nuevos modos de la política estadounidense, como otros HBO‘s.



(A partir de aquí hay espoilers muy leves, salvo en el párrafo del asterisco. Pero aviso por si hay algún alérgico en la sala)
Y para dibujar esta epopeya armónica sobre la regeneración, Simon y Overmyer han impuesto las estrategias televisivas del estilo periodístico: un oído pegado a la calle para recoger la jerga, historias entrelazadas por el costrumbrismo, aprovechamiento del paisaje urbano, mezcla de actores profesionales y amateurs (esta virtuosa Lucia Micarelli) y una constante crítica política. Una colleja explícita en las soflamas de Creighton y la dignidad “india” de Lambreux; y simplemente apuntada en el hedonismo snob de Davis Macalary o la derrota vital de Janette. 

Pero que nadie se equivoque. Esto no es The Wire. No es una continuación y ni siquiera es su reflejo positivo. En primer lugar, aunque mantenga la unidad narrativa en la temporada y no en el capítulo, Treme se permite licencias que redefinen la austeridad formal y la linealidad de la aventura de Baltimore: las pesadillas de la aguerrida Ladonna o el recurso del largo flashback del último capítulo, donde se rememora cómo era todo antes de la tormenta. ¡Ahora entendemos por qué el simpático Antoine Batiste anda mendigando taxis!

 

En segundo lugar, porque Treme es aún más difícil y elitista que The Wire. Eso no tiene que ser malo, por supuesto, pero sí ahuyentará al tipo de espectador que lo quiere aquí y ahora, a ser posible con sorpresa lostie para cerrar boca. Con su ritmo glacial y su ambición narrativa de novela del XIX, The Wire podía saltar por encima del público minoritario gracias a una intriga de género: el noir. Los asesinatos y las persecuciones siempre aligeran el peso. Sin embargo, aquí en Treme no hay nada; el relato no va rebajado ni con agua ni hielo y las secuencias se estiran como si fueran los meandros del Missisipi. Con mucha calma, dejando respirar los ambientes y haciendo sonar hasta los ensayos de los instrumentos.

Y en tercer lugar, por el optimismo. Porque Nueva Orleans es una ciudad multicultural que canaliza sus energías a ritmo de jazz. Hasta la muerte tiene melodía y los funerales -como el bellísimo cierre- son un espacio para recuperar el ritmo, la sonrisa y las ganas de pelear… aunque no todos venzan (*). En Treme las trompetas y los violines toman vida propia y su música llora, cautiva, alegra y mueve al espectador que asiste, emocionado, al contagio de la armonía. Por eso se dice que Treme es un dos por uno: una serie y un concierto, de modo que muchos espectadores se sorprenderán en su sofá siguiendo el contrabajo con el talón o dándose palmas en las pantorrillas.

Es difícil de ver, por supuesto. Pero, como le espetó Simon a Nick Hornby, “que se joda el espectador medio”.



(*) Con unos personajes tan bien trazados, uno de los pocos puntos que no me ha convencido ha sido el final de Creighton Bernette. A pesar de la rabiosa y extraordinaria caracterización de John Goodman, algo chirría. Aunque algunos quieran venderlo como un acto heroico, el suicidio es estúpido y, sobre todo, cobarde. Como recuerda Poniewozik en Time, la propia Toni (excepcional Melissa Leo) se lo echa en cara a su marido mientras despiden al hermano de Ladonna: “¡Abandonó! ¡¡Abandonó!! Toda la puñetera ciudad de culo, todos nosotros. Y todavía estamos aquí, en pie, un día tras otro. No, no puedo bailar por él” (1.10.). El problema radica en que Creighton ha sido un guerrero durante todo el metraje, empezando por sus durísimos ataques verbales en Youtube y por la deliciosa ironía de sus clases universitarias. Sus ojos, sobre todo al escribir esa novela imposible, delataban lo punzante de la herida y la crisis depresiva durante el desfile lo confirmaba. Pero, ¿de ahí al suicidio? ¿Tan rápido? ¿Un tipo que adora a su hija e idolatra a su esposa? ¿Sin ni siquiera pasar antes por el alcoholismo o la intervención psiquiátrica? Chirría bastante… aunque la elegancia visual y la carga emocional de su adiós resulta innegable.

 

 

 

19 Comentarios

  1. satrian

    A mí me sucede lo de menear los pies a ritmo de la música, adoro todo el repertorio musical que están poniendo en la serie.Y en cuanto a Creighton, él era la ciudad, sus almas estaban parejas, y no soportó ver como el espíritu de la Nueva Orleans que conocía se diluía y solo quedaban pequeños coletazos, mientras el resto del pais los ignora, tratándolos como esos artistas vagos que no tienen ética del trabajo, y están todo el día divirtiéndose, que se arreglen ahora todo ellos solos, de ahí sus arranques "Youtuberos", su corazón se rompió alentado por una depresión, y de ahí el suicidio, creible o no, es difícil valorar, yo creo que sí es comprensible el final de este personaje.

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  2. desaparecido

    1.Treme me parece "LA SERIE". Si con The Wire se habían colmado todas las expectativas respecto a lo que un producto televisivo/DVD debía ofrecer, la nueva obra de David Simon nos pone la piel de gallina con su puesta en escena, como si fuera una big band o una orquesta en la que suenan todos los instrumentos al mismo tiempo.2. No estoy muy de acuerdo con la teoría del suicidio como algo estúpido/cobarde… aunque me parece más notoria la reacción de Toni. Simplemente dejó caer los brazos en esa gran lucha contra todos. Es una antítesis al final del 'Indian Chief' Albert Lambreaux, que pasa de la nada al todo; mientras que Creighton pasa del todo a la nada. Hay razones de sobra para esperar bueno contenido para la 2ª temporada…

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  3. Mr. Draper

    Esta serie me parece tan jodidamente buena que, por primera vez en mucho tiempo, no se muy bien que más decir o aportar.Es una obra de arte real, sinfónico y seco, y redime con creces a la HBO por esa cagada millonaria llamada The Pacific. Y yo no puedo por más que volver a creer y creer en esa bendita cadena de cable – In Hbo we trust – y en ese genio contemporáneo llamado David Simon que, esperemos, nos siga deleitando por mucho tiempo.PD: se sabe cuantas temporadas hay planeadas? (como pasó con the wire) o irán renovando sobre la marcha hasta que vean que la serie flaquea¿?PD2: “que se joda el espectador medio” – muy muy necesario pensar así si se quiere hacer algo importante y de calidad. (Y eso que el bueno de Simon no conoce "productos" como Sálvame o Física o Química)Saludos

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  4. juan

    Pues yo estoy totalmente de acuerdo contigo respecto al suicidio de Creighton.Simplemente no cuadra con la personalidad mostrada,con el amor que irradiaba hacia su hija…en fin,supongo que Goodman,maravilloso él,se excedió un pelín en la actuación y que el personaje,en la vida real,puede que fuera un poquito más flojo emocionalmente hablando.De ahi ha decir que el suicidio es un acto cobarde van dos pueblos.Aunque entiendo que es un tema espinoso.Eso si,me parece el único "pero" de la serie.Por lo demás me la he pasado dandome palmas en las pantorrilas y meneando la cabeza.Lucia Micarelli es guapisima.El episodio del Mardi Grass fue muy emocionante.El tema de las edificios cerrados en perfecto estado por el gobierno es vomitivo.Supongo que a más de uno se le habrá caido la cara de vergüenza,el asunto es muy grave.El flashback del último episodio me pareció un regalo.quiero leer de nuevo al amigo anonimo 12:08 defendiendo el espiritu mainstream de la hboque se joda el espectador medio

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  5. WATANABE

    Un par de episodios me han bastado para enamorarme de su música y sus personajes. Cuando la termine espero adorarla.

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  6. OsKar108

    Una delicia "caída en nuestras manos" de nuevo por parte de David Simon y HBO. Un gran post que refleja excelentemente (el que vale, vale) las muchas "bondades" de la serie, y aunque en todo lo demás estoy de acuerdo en lo que has escrito, no así lo estoy del todo (sí en parte) en cuanto al tema de Creighton.Por supuesto que más de una vez alguna (o varias) partes de mi cuerpo han ido acompañando a los temas que se nos regalan en cada capítulo (y siempre esperando que tras esos primeros minutos, haga acto de presencia la Intro).¡Saludos!

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  7. Warren Keffer

    El final del personaje de Goodman a mí sí me encaja. El sucidio es siempre cobarde, eso para empezar, y aunque no se viera venir claramente, mirando atrás las piezas encajan bien: la depresión es notable, el desarraigo bien patente, los objetivos en su vida parecen haber desaparecido, porque no llevaban a nada.

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  8. Brian Edward Hyde

    Esta serie es una maravilla y aún no he visto la primera temporada entera: la música, la jerga, los personajes, las localizaciones, la crítica, el reflejo, su trascendencia antes de nacer… todo. Y en cuestiones de ritmo, me parece mucho más amena que muchísimos episodios de Lost, y eso que no cuenta con giros brutales ni grandes revelaciones, sino con ese sabor a realidad y certidumbre. Asusta de lo buena que es. A ver cómo sigue el camino…

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  9. torpe dama

    Para mí, con diferencia, la mejor serie de la temporada. Aún no he visto The Wire (lo sé, no tengo perdón, aunque ya la tengo lista para cuando me sienta con fuerzas), pero me postro ante el sr. Simon.Sé que a mucha gente no le ha gustado el desarrollo y desenlace del personaje de J. Goodman, pero a mí me parece bastante coherente. Si volvemos a ver los primeros episodios, ya se dejaban ver atisbos de su depresión. Quizá quedó diluido por las reacciones altisonantes del tipo "f*ck you, you f*ckin' f*cks", pero de algún modo se veía venir…

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  10. juan

    Una cosa es estar deprimido,no poder escribir un libro,ver que tu ciudad se ha ido a la mierda y otra es suicidarse.Creighton amaba a su hija,sentía por ella una especie de devoción.Quizas Goodman se excedió en este aspecto.Simplemente por eso ya lo veo ilógico,porque el amor de un padre hacía su hijo es más fuerte que el desarraigo,la depresion o lo que quiera que sea.Sinceramente no puedo comprender que tanta gente vea lógico o coherente el suicidio de Creighton.Ni es justificable ni está bien llevado.Aunque esto es solo una opinión.

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  11. Nahum

    Creo que nos hemos enganchado, más o menos, con el tema del suicidio. Leyendo lo que me decís (SATRIAN, WARREN, DESAPARECIDO Y TORPE DAMA), he revisado partes de la trama. Pero sigue sin convencerme una decisión tan, tan, tan radical. Porque, tal y como se presenta, en efecto parece casi un suicidio político: una forma de queja (como una huelga de hambre, vamos). Y en todo caso sería un suicidio fruto de una depresión, como podía haberle sucedido en mil otros lugares. Ahora bien: la depresión pudo agravarse por el Katrina, no hay duda. Pero sigue pareciéndome una decisión que no han mostrado en su gradación. Para llegar a la desesperación del suicidio hay que pasar muchos estadios que él no ha transitado. Le hemos visto nervioso, enfadado, inseguro ante el teclado y con una especie de ataque el día del Mardi Grass. Pero ha seguido siendo sociable, ha disfrutado de su trabajo (sus clases le gustaban a pesar de la ironía que desplegaba), ha seguido mimando a su mujer y su hija. Fijaos: el descenso a los infiernos de Sonny es mucho más evidente (drogas, desesperación, desamor, desastre vital) y, sin embargo, no es algo que entre ni mucho menos en su mente. A eso me refiero: Creighton no se nos ha presentado nunca como alguien tan desesperado o con una psicología tan herida como para llegar a esa solución. Quizá si a lo largo de la segunda temporada hubieran ahondado en su desesperación… pero tal y como está, no me parece coherente con el dibujo del personaje. Saludico.

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  12. torpe dama

    A lo mejor me equivoco, pero entiendo que precisamente la "gracia" de esta serie está en que nada es evidente. Siguiendo tu comparación, para mí la diferencia entre Sonny y Creighton es que Sonny no ama su vida, por eso la destruye; Creighton ve que la vida que el ama se va a pique (la decepción por el desinterés de sus alumnos, la incapacidad de escribir su "gran" novela; la frustración por la ciudad que se desintegra) y aunque intenta salir a flote agarrándose a lo que tiene, después del Mardi Gras no ve otra solución que el suicidio…Pero bueno, no soy psiquiatra y sólo he llegado a conocer un caso real de depresión-suicidio, así que mi opinión no es más que eso, una opinión. Además, tampoco soy experta en narrativa, ¿cómo creéis que se debería haber mostrado el desarrollo del personaje?

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  13. Nahum

    TORPE DAMA: Me ha gustado mucho eso de que "no ama su vida, por eso la destruye". Interesante apreciación. Yo tampoco psiquiatra, pero creo que le quedan muchos resortes emocionales (nada menos que su familia, con quienes está día a día) para no caer en esa decisión tan radical. Yo creo que el desarrollo del personaje tenía que haberse mostrado con mucho más recorrido, una temporada más. Donde viéramos cómo el descenso a los infiernos (al final se suicida quien se está quemando por completo) es ya un callejón sin salida. Creo. ANTONIO: Gracias por la lista de Spotify. No sé cuál es el podcast de la Ser, sorry.

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  14. Silvestre. Sáhara libre.

    Estoy de acuerdo con Nahum en que era necesario desarrollar más la peripecia del personaje de Creighton -me pregunto cómo valoraría él, como profesor de literatura, su propio final- Lo cierto es que para mi, y la exageración hay que entenderla como expresión de afecto hacia ese personaje,su trágico final fue un atentado narrativo. Me rompió todos mis esquemas de coherencia y verosimilitud -que es precísamente por lo que he seguido el trabajo de D. Simon en sus otras series y en especial, cómo no, The Wire- Y tras cavilar sobre el asunto me atrevo a pensar que las causas sólo pueden ser de cualquier naturaleza menos las púramente narrativas: problemas entre el equipo y J. Goodman, circunstancias personales, presiones e intereses externos, en fin, a saber. Porque la fuerza, el peso y la trascendencia de ese símbolo que representaba su papel -en cierto modo un alter ego del propio Simon- no puede desaparecer de la trama porque sí; "¿cómo puede alguien caerse de un ferry¿", se pregunta perplejo [] ¿No os parece que esta pregunta lleva a pensar que el propio Simon deja entrever lo inverosímil del asunto? Y aunque sólo sea por todo lo que hemos escrito todos sobre el tema, ya queda claro que no hay manera de entender ese desenlace tan inesperado.

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  15. Silvestre. Sáhara libre.

    Por lo que veo dejé sin completar mi comentario. La pregunta entrecomillada que cito la hace Davis Mcalary.

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  16. Brian Edward Hyde

    Hasta hace poco no he podido acabar la temporada, y por tanto leer tu inteligente análisis. Para mí, ahora mismo se trata de la mejor serie en antena. Más allá de eso, en cuanto al tema de Creighton, creo que supuso un duro revés para todos los espectadores (¡es el puto John Goodman!), aunque en cierto modo entiendo su decisión que, por otra parte, me parece "treme-ndamente" valiente [aunque éste es otro debate], pero la encuentro muy verosímil dado que el pobre hombre llevaba desde el desastre denunciando la situación, y a medida que pasaban los días sólo encontraba el espaldazo de instituciones y la comunidad internacional. Por si fuera poco, es un creador, un idealista, esto es, una persona emocionalmente inestable por naturaleza.Al menos nos dejó la poesía de su adiós y un te quiero en la cartera.En cuanto al final de la temporada,a casi lloré no sé si de tristeza o alegría entre el flashback y esa marcha fúnebre/pasacalles final.Emotivo y emocionante. Sobresaliente.Ah, y Lucia Micarelli, sobran las palabras :_)

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  17. Sofia Martínez

    Es una serie muy buena y entretenida pero creo que más allá de eso la trama y la forma en que se desarrollas está muy bien cuidada pese a ser tomada de una tragedia. Sin temor la recomiendo mucho y ahora que está por concluir con Treme temporada 4 vale la pena que le echen un vistazo.

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