, archivado en The Good Wife

Bueno, bueno, ese ascensor. Como coger aire tras mucho tiempo aguantando la respiración. ¡Qué secuencia tan elegante!

 

 

Lo que el profesor Robin Nelson califica de “flexi-narrativas” encuentra su mejor exponente actual en The Good Wife. La serie de los King maneja un ejemplar equilibrio entre “serial” (trama de fondo) y “serie” (argumentos autoconclusivos). Como escribí, “la historia transversal tiene más entidad que House, por poner un ejemplo de similar calidad literaria, mientras que las tramas autoconclusivas no rompen la continuidad, como sí ocurre en Fringe“. Pero ni siquiera en el cable actual se puede encontrar una mezcla tan bien calculada (el cable tiene algunas series mejores que The Good Wife, pero por otras razones). 

Ése es el primer voto que gana la serie de la CBS: su ejemplar arquitectura narrativa intercala casos de la semana (algunos brillantes, otros más normalitos), arcos argumentales de varios episodios (las intrigas dentro del bufete, el wrestling CalamarKalinda) y una historia de fondo que habla de amor, corrupción, traición, mentiras y poder.

El segundo gran tanto también se lo apunta la escritura: los personajes están ideados con mucha solidez. Y no es una serie de pocos personajes precisamente. Son caracteres creíbles en su paisaje de alto standing (7,800 dólares una noche, ejem), que ríen, sufren y se estresan, como cualquier ser humano. En esto recuerda a los ambientes de El ala oeste, donde hasta el apuntador era tan culto y listo como Sorkin.

The Good Wife, además, ha hecho un muy buen trabajo para alimentar a sus criaturas: Alicia evoluciona hacia el lado oscuro, Kalinda pierde los papeles ¡y llora!, Will no siempre es trigo limpio, Diane se enamora, Peter se estampa contra su redención… A esto hay que añadir la aparición de nuevos personajes que pasaron de meros accesorios a tipos francamente interesantes. Blake y Derrick cumplieron su frontón con más mala leche de la que me imaginaba; pero sobre todo destacaría al spin doctor Eli Gold, un tipo que sabe mover los hilos sin ser una caricatura, y a Cary Agos, mucho más poliédrico que una simple cara bonita con voz de aguardiente (ah, aquel beso fue un ace, Cary).

Entre todos, la serie ha tejido una madeja de favores, mentiras e intereses ocultos que convierten a The Good Wife en un tratado sobre las apariencias. La última escena de la segunda temporada lo certifica: siempre hay alguien espiando; los pasillos nunca están vacíos.

Esto nos lleva a una tercera palmada: The Good Wife incorpora, de forma excelente, la tecnología como elemento narrativo. Desde los vídeos prohibidos de Peter Florrick hasta sus hijos trasteando en webs o Eli Gold contrarrestando campañas virales. ¡Si hasta se marcaron un episodio donde Kalinda rastreaba a su presa a través de Foursquare!

Esta “tecnofilia” refleja la efervescencia creativa de los guionistas, siempre con la oreja puesta en el tam-tam informativo. Sin caer en la tentación de lo efímero, The Good Wife construye muchas de sus tramas inspirándose en temas candentes. Especialmente memorables fueron el trasunto del caso Zuckerberg vs La red social o una inusual reflexión sobre los tea parties, un fenómeno algo más complejo que la caricatura con la que los despachó la prensa española. Y esta marea de agarre a las noticias de las seis solo puede subir como la espuma. Como bromeaban en la última reseña del New York Times, seguro que ya están escribiendo un episodio a lo Strauss-Kahn; ¡los ingredientes son tan Florrick!

Lo último: el fondo es bueno, trabajado con mimo, repleto de historias atractivas que apelan a lo humano y personajes consistentes. Vale. Pero todo eso necesita un envoltorio adecuado. Lo tiene. The Good Wife exhibe una sofisticación visual, tranquila, que entronca con el melodrama clásico. Incluso cuando la trama adquiere un ritmo desquiciado, como en la estupenda season finale, la cámara mantiene su elegancia elíptica y sus guiños hacia el detalle revelador (Peter rompiendo el recibo). Porque The Good Wife es una serie de miradas, que amaga sin dar. Toda la tensión entre Will y Alicia ha ido subiendo de temperatura a base de miradas. Y para conseguir esto el nivel de los actores tiene que ser altísimo: un poco por encima de la media pondría la gelidez de Archie Panjabi y un poco por debajo la chulería de Josh Charles. Hasta los ocasionales brillan… también porque tienen papeles tan deliciosos como los de Michael J. Fox o Martha Plympton.

Si todo son alabanzas, ¿tenemos el mejor drama de la televisión en abierto en la actualidad? Sí, posiblemente. Es más estable que Fringe, por ejemplo. Y quizá no consiga la implicación emocional de un Mad Men, la espectacularidad de un Juego de tronos o la visceralidad de un Breaking Bad o un Justified, pero ha demostrado que aún se puede expandir una excelente historia durante 23 capítulos. Y hacerlo con inteligencia, originalidad y para todos los públicos.

18 Comentarios

  1. satrian

    Es cierto que es una serie llena de personajes inteligentes, aunque cada uno utiliza ese recurso de una forma diferente, desde la abogada que se hace la chica tímida del sur, hasta la que utiliza sus embarazos y niños como armas legales, todos tienen su interés, personajes principales y secundarios, por eso la serie es tan rica.

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  2. MacGuffin

    El caso es que The good wife, probablemente, es así en parqte porque está en la CBS, con sus Standards & Practices y sus cosas. A mí me parece muy interesante todo el subtexto que hay siempre por debajo.

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  3. Hyde

    Repito lo dicho en Twitter: enhorabuena por su certero post, aunque le recuerdo que en un episodio ya casi enchironan a un candidato al Nobel por agresión sexual a una masajista en su hotel. Echo en falta algo más de cariño con Julianna Margulies. La contención con la que lleva su personaje nos impide a menudo ver lo excepcional actriz que es. En un segundo cambia de registro y lo mismo nos derrite que nos hace llorar. Pienso en varias escenas, como la mirada que le echa a Will a través del espejo y la oficina, la cosa más sensual que he visto en años en TV, y también en ese momento en que Eli Gold la está preparando para la entrevista televisiva y le pregunta por sus hijos, y rompe a llorar. Eso sí, el casting es fabuloso, inmejorable. No creo que haya muchas series a la altura de TGW, y más con los inconvenientes claros que tiene ser emitida en network y no en cable. ¿Imaginas que pasaría si estuviera en manos de la AMC o la HBO?

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  4. Britney Spears

    ¿A mí lo que me gustaría saber (en una respuesta corta) es cuáles series de cable consideras mejores que TGW?. Un saludo, Alberto. 🙂

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  5. Anonymous

    Entre esos ocasionales brillantes tiene que sumar a Mamie Gummer, el papelito de Abogadita mosquita muerta es genial .. a esta chica se le nota que las tablas le vienen en los genes que le dio la madre

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  6. MacGuffin

    Ese episodio "premonitorio" de lo de Strauss-Kahn está basado, en realidad, en algo que le pasó a Al Gore hace unos años.

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  7. Rossend

    Hola Alberto,Muy buena radiografía de la serie. La verdad es que lo mejor es cómo combinan las tramas autoconclusivas con el argumento serial. Son maestros en eso.Y también merecen un aplauso por cómo consiguen contenerse en cuanto al personaje de Kalinda. Con lo fácil que les resulta a otros sobreexplotar al secundario con tirón para terminar quemándolo antes de tiempo.Creo que a Josh Charles le faltan los diálogos de Sorkin (véase "Sports Night") para situarse al nivel de la media.Por otra parte, aunque el diálogo con la realidad es uno de los puntos fuertes de la serie, tramas como la de Hugo Chávez me parecen una pasada de frenada que los King deberían evitar en el futuro.

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  8. elclubsilencio

    Me ha sorprendido mucho tu post porque guarda muchas cosas en común con el que he escrito esta tarde sobre la serie (juro que no he leído el tuyo hasta después de haber publicado el mío jeje). Estoy de acuerdo en que es la serie que mejor combina las convenciones genéricas (lo que es el drama legal) con las líneas de continuidad de los personajes (muy soap-opera). Y es esa conjunción de factores lo que hace que The Good Wife sea un drama muy real sobre la relación entre la política, lo judicial y lo personal. La serie es tan consciente de eso que hace guiños a la realidad, con el caso Facebook, por ejemplo (también es una de las ficciones más referenciales).Te recomiendo el post que he escrito en mi blog por si le quieres echar un vistazo.Una visión muy original y acertada!!Un saludo!!

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  9. Nahum

    La amiga McGuffin ya ha respondido a lo que muchos citábais: el capítulo de marras se inspiraba en Al Gore. Josh Charles nunca estuvo mejor que en Sports Night, es cierto. Yo la vi una época que la echaron, hace siglos, por Paramount Comedy (creo). Ah, Britney, mejores que The Good Wife: Breaking Bad, Mad Men, Justified, Treme e, incluso, Fringe (menos su tramo final).

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