, archivado en Merlín ,

En esta época de descrédito del héroe y culto al cinismo, cuando las convicciones se tambalean es saludable volver a Stevenson. A Verne. A Dumas. En aquellas novelas latían una serie de valores que se conjugaban en una aventura vibrante, delicada, entretenida en el sentido más noble de la palabra. Sin moralismos, pero también sin sectarismos.

Merlín entronca con esa geografía narrativa, estética e, incluso, ética. Esta serie se emite en Gran Bretaña los sábados por la tarde, por lo que va destinada a un público familiar. Pueden compartir sillón niños, padres y abuelos. Que nadie espere simbologías del tipo Excalibur, de Boorman, o brutalidades de tierra media como las destiladas en Juego de tronos. No. Todo lo contrario. Merlín es blanca… y no por ello menos apasionante.

Su revisitación del ciclo artúrico –ubicando a todos los personajes en su juventud– juega astutamente con el conocimiento del espectador y actúa como una precuela informada. Sabemos que Ginebra acabará con Arturo, que Lanzarote le traicionará y que Merlín –ahora un patoso sirviente– se erigirá en guardián de Camelot. Así, mientras la Gran Oscuridad llega, esta delicia de la BBC mezcla comedia física, romanticismo adolescente, mitología fantástica (duendes, druidas, trolls) y una épica igualitaria en la que los Caballeros de la Tabla Redonda se baten por los más altos ideales.

Sin contar con los medios de una producción estadounidense, la serie ha ido refinando sus decorados de cartón piedra y ha conseguido mejorar los efectos especiales (patente en la movilidad de los dragones, por ejemplo). Pero lo importante, a la postre, como en toda buena historia, descansa en el guión: las historias de Merlín, de estructura impecable y personajes sólidos dentro de las limitaciones del género, siempre encuentran esa vuelta del calcetín que hace del traje algo original y fresco. En medio de su espectacular cuarta temporada, Merlín, con sus héroes de sabor antiguo, sigue ofreciendo la mejor serie familiar de la televisión actual.

[Artículo publicado en la revista Nuestro Tiempo, nº 671, noviembre-diciembre 2011, p. 98.]

9 Comentarios

  1. satrian

    A mí me está costó mucho llegar a ella, casi hasta el final de la segunda temporada no me llegó, ahora estoy con la tercera, no me apasiona pero me entretiene.

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  2. Seriálicos Anónimos

    Merlin: ¡no me puede gustar más! Aumenta mi ansiedad por un nuevo capítulo cada semana, ¡qué gran comienzo de temporada!, ¡qué buena es! No dejes de comentarla Nahum, tus críticas son muy ilustrativas y recomendables.

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  3. Tito Jose

    Pues ami también me convence. La veo con mi novia y me gusta. Nos entretiene mucho esta cuarta temporada, que sin duda está siendo mejor que las anteriores, tiene más ritmo la trama principal.

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  4. Marta

    He leido el artículo en la revista \”Nuestro tiempo\” y he llegado al blog. Me encanta porque soy una apasionada de las series y ésta de Merlin me gusta muchísimo. Estoy acabando la tercera temporada y los personajes cada vez están mejor perfilados. Me gusta la amistad de Arthur y Merlin, Gais, y los caballeros. Me alegro que la cuarta temporada, por lo que decís, sea mejor. Espero que la serie continue! La pena es que no es muy conocida, a las personas que se la recomiendo, les gusta mucho. Funciona muy bien la boca-oreja. Gracias por el blog.

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