, archivado en Entourage ,

Hay series que terminan con capítulos regios, apabullantes ( Six Feet Under, Friday Night Lights, The Shield) , historias que, en el adiós, piden el comodín del público (The Sopranos, Battlestar Galactica) y relatos que, ay-ay-ay, se contentan con tirar de la cadena en sus últimos vahídos: Rescue Me, Lost… y ahora también Entourage. Manuls lo clava en su crítica, incisiva desde el perfecto título: “Entourage termina al sprint“. En efecto: parece que hay prisa por levantar los decorados y enfilar la Riviera francesa. Por eso los personajes actúan por impulsos, a zancadas.

(Ligeros espoilers de la última temporada en este párrafo)

La irritante octava temporada no ha sido ni divertida, ni inteligente, ni rítmica. Ni siquiera dramática, una senda por la que Doug Ellin y cía podían haber tirado tras el sorprendente esguince de Sasha Grey. Todos los defectos se multiplicaron en “The End” (8.8.), una perezosa sucesión de tópicos y zurcidos de guión. Un empalago que la serie no había sentido ni en sus peores resacas. Vince acaba convertido en una especie de genio de la lámpara que, en dos vueltas con su Cadillac, logra que el-ahora-apolíneo-Turtle sea rico, que Sloan absuelva a Eric (¡insufrible esta trama, insufrible Galecki!) y que Drama, por fin, triunfe. Y todo ello mientras saca tiempo -que para nosotros, espectadores, queda fuera de campo- para ligarse y ¡¡desposarse!! con la mujer más culta, inaccesible y difícil con la que ha se topado. #Amosnomejodas

No se trata de realismo, sino de simple coherencia con tus personajes. Porque Entourage nunca aspiró a serie realista; de hecho, servía para echar el aire en una parrilla tan densa como la de la HBO, siempre congestionada por la humareda del Ser y la Nada. Entourage, como mucho, lidiaba con la nada, en minúscula. Componía un divertimento envuelto en celofán, una versión masculina de Sexo en Nueva York, con esa sofisticación superficial que tan bien digerimos los urbanitas modernos. Y lo conseguía con un incendiario ritmo de claqué dialéctico y una estructura sólida que aprovechaba el entorno –Hollywood– para reírse de sí mismo y su mecanismo. ¿Que no? Echen un vistazo a los 15 mejores cameos de la serie.

Una historia salpicada de (inconsciente) sexismo, (ligera) homofobia y (falso) aroma anti-establishment. Pero siempre en carcajada. Fulminante. Con dos de los secundarios más carismáticos de la tele contemporánea: Johnny Drama y Ari Gold.
Las historias de Vince son, en el fondo y en la forma, las de un grupo de jóvenes algo paletos que reman por las aguas del éxito. Un relato sobre la amistad, el abrigo de esa “nueva familia” y las dificultades del ascenso social. De ahí que siempre haya yo mantenido (hasta los derrapes de las dos últimas temporadas) que el verdadero protagonista de Entourage era Eric Murphy. Aún más: Vince es el protagonista más prescindible que existe, un mero macguffin hasta que llegó la prórroga.

En sus mejores momentos, Entourage no se ve, se devora. La primera temporada es algo sosa; en la segunda, sin embargo, entra al baile el impagable Lloyd y la dinámica del grupo se pasa a la rumba con tramas ligeras, tensiones internas y muchos deditos en la llaga del gremio. Al tiempo que Vince gana poder, las temporadas 3, 4 y 5 se convierten, sin duda, en las más interesantes. Todo el arco de Medellín es tan caótico como caústico y sus consecuencias -en el quinto año- habrían sido una estupenda forma de despertar del sueño, mostrando el lado más amargo de la fama: el de la derrota.

Aquella llamada de Scorsese supuso el culmen de una serie que se quedó sin gasolina creativa… porque su chispa ardía en la eterna juventud de sus protagonistas. Entourage se basaba en hacer cima. Una vez arriba, ya no había nada que contar. Si acaso la caída, pero los creadores descartaron esa senda siniestra. La madurez sentenció al séquito, acostumbrados como estaban a la celebración del mito de Peter Pan. “Así que vengan conmigo, donde los sueños nacen y el tiempo nunca se planea. Solo piensen en cosas felices y su corazón volará, para siempre, en Nunca Jamás”.

¡Qué malo es crecer, coñe!

8 Comentarios

  1. Hyde

    Qué razón tienes, como (casi) siempre, amigo. Yo también estoy entre el colectivo de gente irritada por ese penoso, lamentable, vacuo y prescindible final de Entourage, que casi repite, por cierto, el final de la temporada anterior, con E en el aeropuerto volviendo a los brazos de la bella Chikri… Yo también he devorado Entourage como un poseso, aunque soy más de los donettes. Y me ha parecido una tomadura de pelo

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  2. kabernoide

    no niego que el final a lla sido rápido y sinuoso pero para darle fin a la historia de entorange fue el correcto x que si lo u vieran retrasado con cualquier otra mierda solo abría echo que apestara mas en mi punto de vista es el fin que todo fan espera aun que u viese esperado un final de mas de 25 minutos para desarrollar y agregar mas cosas como la boda de Vince y mas chucherias que al fan comun le abría agradado después de todo que fan no espera un final como este otras series solo lo han arruinado y esta logro algo caoticamente aceptable .

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