, archivado en 24, Dexter, Generation Kill, House, Sons of Anarchy, The Shield, The Sopranos ,

Si miramos a la comedia, no cabe duda del antiheroísmo patético de la Liz Lemmon de 30 Rock, el Dr. Dorian de Scrubs, el Ted Mosby de How I Met Your Mother o el Andy Millman de Extras. De acuerdo: la comedia nunca ha sido heroica. Sin embargo, en los dramas seriales resulta casi imposible encontrar hoy un Simon Templar (El santo), un Mike Donovan (V) o, ni siquiera, un McGyver.

Porque el héroe televisivo ya no es un héroe. No en el sentido clásico, desde luego. La posmodernidad se ha afanado en dibujar de gris a los protagonistas de las series de éxito. Ahí está, como arquetipo, la compleja relación desmitificadora que el espectador establece con Tony Soprano. Pero ni siquiera los personajes de entrada positivos se salvan del purgatorio moral: Jack Bauer es un policía que se oscurece tras el peso de cada infernal jornada de 24; la corrupción institucional alcanza a la propia presidencia de EEUU en Prison Break; Dexter es un Robin Hood de la sangre; House es un héroe genial en la lucha contra la enfermedad, pero un inadaptado social y un misántropo; y, por momentos, Vic Mackey, el jefe del equipo de asalto de The Shield, parece que carga con más crímenes que los que tan expeditivamente resuelve…

La ficción televisiva contemporánea, por tanto, está colmada de protagonistas y tramas que se instalan en un campo de juego impreciso donde las nociones de bien y mal se religan, se desdibujan y extraen gasolina dramática de su constante ambigüedad. En la ya citada True Blood parece que los vampiros son buenos y tienen su sed calmada gracias a una bebida sintética y, sin embargo, son los hombres quienes ansían sangre. Los moteros de Sons of Anarchy combinan el afán de bien social y protección de la comunidad con negocios gansteriles y violencia extrema. Por apuntar un último caso reciente, los soldados del batallón First Recon quedan despojados de cualquier glamour y heroicidad, puesto que la realista Generation Kill proscribe la palabra “maniqueísmo” en su retrato de los primeros días de la guerra de Irak.

10 Comentarios

  1. Álex

    Interesante la entrada. No había pensado sobre ello. Aunque, probablemente, se podría matizar algunas cosas y encontrar ejemplos de la pervivencia del héroe clásico (un héroe, en cualquier caso, que no era plano y sin conflictos o ambigüedades).Prison Break o Heroes, por poner dos series de éxito actual, proponen personajes con algunas pequeñas ambigüedades o situaciones que ponen a prueba su virtud heróica -tal y como ocurre en la heróica clásica-, pero héroes nítidos y de pies a cabeza, a fin de cuentas.

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  2. sintomático

    La pregunta es: El protagonista, el personaje con el que se identifica el espectador de la serie, ¿debe tener siempre rasgos heroicos? ¿Qué nos atrae de ellos, de sus actos, de su odisea? ¿Es un héroe Dexter? ¿Es héroe Munny en Sin Perdón? Yo no lo sé, pero lo que está claro es que sus personajes me enganchan una barbaridad.

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  3. Peter Petrelli

    Estoy de acuerdo con alex. Auqneu la tendencia que describes es muy cierta (se te ha olvidado citar la radical ambiguedad de Deadwood, un Oeste sin héroes), si creo que en las series actuales se pueden rescatar heroes \”nitidos de pies a cabeza\”: Michael Scofield, Hiro Nakamura, Claire y, sobre todo, yo mismo, jajaja. Ah, tambien añadiria al presidente Bartlett de West Wing y al Grissom de CSI como héroes nitidos de los que cita Alex.

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  4. Paperboy

    No he visto muchas series, pero una serie que gira toda ella en torno al concepto de ambigüedad moral, a la lucha entre el Bien y el Mal, es Twin Peaks. Y en la tele he visto a pocos personajes tan carismáticos como el agente Dale Cooper. Y, tras la serie, la escalofriante \”Twin Peaks. Fuego, camina conmigo\”.

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  5. Xabi

    Yo creo que Hiro Nakamura es el único héroe blanco que se me ocurre de las últimas series (me quedan muchas por ver también). Y quizás me atrevería a decir, que lo que se ha hecho con los héroes tipo Scofield ha sido humanizarlos un poco, echarles un poco de hollín para que no sean tan blancos, actualizarlos. Hasta Clark en Smallville cuando se desata se ve que en los demás casos no es más que un reprimido :PPD.: Una heroína que me dejaba: Melinda Gordon (entre fantasmas). Supongo que ayuda que la serie sea de un blanco nuclear que ciega 😉

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  6. Nahum

    Tienes toda la razón, Álex. Quizá me ha quedado una generalización excesiva. Sí es cierto que sigue habiendo héroes en sentido clásico, con sus debilidades y sus dudas. Citáis entre todos varios de ellos: desde Petrelli o Hiro hasta la Melinda Gordon que cita Xabi. Quería remarcar la tendencia clarísima hacia la ambigüedad como norma (incluso más allá de la acción, en dramas familiares o sociológicos como \”Weeds\” o \”Breaking Bad\”) y, sobre todo, lo que comenta Sintomático: la fascinación que nos producen esas zonas grises, esos personajes instalados en cierto nihilismo moral.

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  7. Anonymous

    Me gusta tu análisis: efectivamente nada es lo que parece. Me recuerda a la mitología griega o romana en la que los dioses no representaban precisamente las virtudes por excelencia y que tenían caprichosos defectos y que luego las \”religiones oficiales\” retomaron del paganismo para hacernos creer que \”lo bueno\” es el único objetivo. El ser humano es ambiguo, complejo, lleno de contradicciones y, afortunadamente, no tan plano como nos han hecho creer. Estamos en la era de la bipolaridad, donde el yin y el yan conviven y se complementan. Nos identificamos más por eso con héroes más reales y auténticos que no son de cartón piedra, ni van de santos, donde el defecto forma parte de la virtud y la virtud del defecto. Como dicen los chinos \”las crisis son siempre oportunidades\”. La visión de la vida evoluciona y se transforma, afortunadamente también, y por eso las series lo reflejan.saludos

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  8. El Nautilus

    Definitivamente, no nos empeñemos en salvar al héroe prístino y cristalino de antaño. En el siglo XXI, los héroes ya no son lo que eran. Por eso nos dientificamos más ocn el Jack Malone o el House que lucha a brazo partido con todos sus problemas y miserias…

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  9. Jaina

    Ya se sabe: los chicos buenos cansan jeje! Es como si pones a Batman enfrente de Superman, ¿con quién te quedas? Con el más humano (en este caso, literalmente) y que tenga los mismos traumas que tú. Coincido plenamente en el tirón que tienen los tipos grises en las TV de los últimos años, aunque el detective Andy Sipowicz de Polícias de Nueva York (racista, acohólico…)se puede considerar un personaje bantante pionero en ese sentido.

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