, archivado en American Horror Story

Entre los restos del 2011, destaca la “mejor serie mala”: American Horror Story. Lo importante ya lo conté en la reseña de su primer tercio. Palabras clave: exceso estilístico, reciclaje textual, divertimento fetén y terror cómico/comedia terrorífica.

(Fuente: FX)

Tras doce capítulos, la serie aguanta el pulso y, al resetear la trama de cara al segundo año, esquiva su mayor hándicap: el cansancio narrativo. Bravo por Falchuk y Murphy: miniseries con hilazón argumental, genérica y estética. Esto es nuevo en la industria televisiva, si no me equivoco.

En cuanto a lo ocurrido durante la segunda mitad de American Horror Story, tengo algunas reflexiones (ojo, espoilers):

1. Insertar en la trama la venida del Anticristo –Vaticano mediante y todo- ampliaba el radio de acción, la resonancia de los males que pululaban por la casa encantada. Un epicentro, vamos. A primera vista, parecía un tirabuzón, pero pronto me di cuenta de lo bien que encajaba el regate siniestro con el perfil de la historia.

2. Ese giro trascendente, además, multiplicaba los intertextos. El principal de ellos La profecía, perfecta pareja de baile para Rosemary’s Baby En casa de Mlo y en este otro enlace que traía Mr. McGuffin han recopilado, de manera exhaustiva, todas las referencias que maneja la serie; es un reto pegarles un vistazo.

3. El último tercio de la serie ha sido francamente irresistible. Giros de guión, shocks, imágenes turbadoras y generosas raciones del desacomplejado “todo vale” que caracteriza al producto. Sin embargo, la season finale tiene sus pegas (véase el punto siguiente). Si tuviera que escoger mis episodios favoritos, me quedaría precisamente con los dos anteriores: “Smoldering Children” (1.10.) y “Birth” (1.11.). El primero por esa melancolía, tan bien captada, de un personaje -la sensacional Violet– que descubre su muerte; el segundo, por la sinfonía del mal, puro onirismo, que rodea al parto de Vivien. Si alguien quiere condensar American Horror Story, yo le pondría esa parte.

4. “Afterbirth”, el episodio de cierre, tuvo el inconveniente de ser demasiado largo. Suicidar a Ben en el minuto 15 restaba interés a lo que viniera después. No había tensión (los Ramos, desde luego, no eran personajes muy atractivos que digamos) y el metraje derivó en una comedia negra más o menos rutinaria, con un mensaje que, literalmente, propone el reverso de los cuentos de hadas: “Y murieron felices y comieron perdices”. Todo el día peleando en vida para, en los postres, darse cuenta de que la muerte les sienta tan bien.

5. Al menos, la última escena recuperaba el olor a fuego artificial con ese niño diabólico que asesina a su niñera. ¡Pum! ¡Zas! ¡Clack! Y, no en vano, premia a Constance -esa señorona a lo Tennesse Williams– ubicándola como cordón umbilical para el año próximo. ¡Qué ganas!

¿Qué piensa el resto de espectadores? ¿Alguien ha terminado mareado del tiovivo sangriento de Ryan Murphy? ¿Los excesos se llevan mejor sabiendo que la segunda temporada trae nuevo escenario y elenco? ¿No es entretenida a rabiar?

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Como invitado en “Yo disparé a J.R.“, departiendo sobre Black Mirror con Pere y Marina

17 Comentarios

  1. mackey

    A mí, sobre todo, me ha parecido un prodigio narrativo. Creo que el desarrollo de la historia ha sido perfecto y salvo un par de detalles que no han obtenido una explicación concisa (la doble apariencia de Moira, por ejemplo), el resto se ha ido poco a poco hilvanando de forma precisa con una dosificación de la información magistral. En el debe está ese horroroso capítulo final, sin apenas interés desde el minuto 10. Vamos, el anticlimax hecho capítulo.

    En definitiva, uno de los mejores estrenos de la temporada junto con Boss y Homeland.

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  2. seriefilo

    Es tan bizarra que se ve sola, no aburre, aunque a lo mejor hay algún punto a mitad de temporada que pierde levemente el ritmo. Me encanta que se estire como el chicle. Es diferente, y por eso mismo creo que ha triunfado de esa forma.

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  3. Julen

    Ummm,,,a mi la serie también me ha gustado, pero todos estaremos de acuerdo que la clave es tomartelo a coña porque sino esta serie se la va demasiado de las manos. Y no creo que le siente demasiado bien el paso del tiempo, aunque cambien de ubicación y personajes porque reinventarse del todo será complicado y sobre todo la esencia será la misma y ya no será una sorpresa.

    El final sin duda parodia total, que bueno lo pasas bien, pero también es un poco tomadura de pelo (Por eso tomarselo a coña).

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  4. Fernando Hugo

    Yo creo que ha habido un cambio notable, y curioso de analizar.

    Una primera parte de la temporada era más posmoderna, sin tomarse en serio, reciclando, como dices, de todo un poco, pero con un ritmo estupendo.

    Y, de pronto, los personajes empezaron a importarnos… porque a los autores también. Desaparecieron los guiños cinéfilos (la banda sonora de Drácula y Psycho), y el drama crecía.

    Lo interesante es que la primera parte tenía sus valores, y la segunda, también. Es decir, sería un caso a tener en cuenta sobre la escritura de series: ¿se puede ir traicionando el tono de una ficción, y, sin embargo, que esto no resulte en el cabreo consecuente del espectador?

    A lo mejor la humorada posmoderna no daba para 13 capítulos, a lo mejor al cabo necesitamos implicarnos emocionalmente… A lo mejor, se calmó la parte de broma, y se mantuvo lo suficiente el elemento casi surreal (u onírico, como mencionas) porque ese capítulo de Halloween donde todos esos seres volvían por obligación a la casa… O ese parto donde intervienen muchos de los seres atrapados… O la aparición de ¡La Dalia Negra! Pensándolo mejor, tal vez me toque matizarme: quizá no es que se haya cambiado el tono de forma radical, aunque sí en parte. Un ejemplo: ese personaje con quemaduras en la cara era un ser absurdo y hasta ridículo… y más adelante, en cambio, tenia hasta su momento de redención.

    No lo sé: es tema de estudio.

    Y de acuerdo en lo que dices: el capítulo donde descubrimos que la hija ha muerto está muy bien.

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  5. Luissss

    Magnífica temporada. Oro puro para los amantes del género. Hacía falta una serie tan desinhibida en la parrilla televisiva de los últimos años, donde el excesivo cálculo está muy presente en multitud de propuestas. No me atrevo a pronosticar por dónde van salir la próxima temporada, porque se atreven con todo. Es (cruelmente) valiente. Uno tiene la sensación viendo la serie de que la narración no debe cuentas a nadie, y que los creadores pueden hacer lo que quieran. Hay multitud de pullitas e insinuaciones (y sublimaciones) de incorrección política, como esas referencias a la \”adopción\” por parte de las parejes homosexuales en el 1.11. En fin, una serie muy rica, audaz y entretenida.

    Por cierto, esos enlaces no recopilan todas las referencias de la serie. ¿O es que nadie se acordó de \’Instinto Básico\’ viendo el 1.8? Y alguna otra más, la verdad. Y de \” mejor serie mala\” nada de nada. Es mucho mejor que la cobarde y neutra visualmente \’Homeland\’.

    Saludos.

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  6. jarrrrroson

    Hola.

    Yo no soy tan benévolo como vosotros. La serie está bien, se deja ver y no resulta pesada… hasta el final.

    Me gusta más la primera parte de la temporada, la fase en la que el espectador mantiene la expectativa (una expectativa relativa, pues yo sí estoy de acuerdo en meter a la serie en el grupo de las *buenas malas*).

    Luego, -personalmente- la serie pierde interés desde que se desvela el *secreto* de la casa y los fantasmas que es más o menos a la mitad, es decir, si mueres dentro te quedas, si mueres fuera no. Eso se intuye desde el principio pero se confirma cuando Lange quiere que la hija retarded muera dentro.

    En la casa mueren mucho personajes, y sin embargo aparecen dentro muy arbitrariamente, siempre *a gusto del guinoista*. En la casa hay ghosts since 1920 y qué casualidad, siempre aparecen los fantasmas adecuados en el momento adecuado. El guionista no se deja *estorbar* por los fantasmas. (Los frikis recreacionistas, la primera propietaria, Tadeus, etc. En contrapartida, Tate, Moira, etc.). Eso le resta empaque, a mi juicio.

    Estéticamente la serie está muy bien lograda, y aunque también estoy de acuerdo cuando decís que no envejecerá bien, el impacto visual-sonoro está muy logrado. Echo en falta sin embargo, un mejor aprovechamiento de la estructura de la casa, espectacular por fuera, y una vez dentro lleno de interiores más o menos fijos. El personaje apenas se mueve por dentro de la casa, va de un punto a a un punto b sin enseñarnos el trayecto, y eso podría haber hecho ganar puntos en alguna secuencia nocturna, por ejemplo.

    Por cierto, fallazo, a no ser que me falle al memoria. Cuando Tate está violando a la MILF arriba, el marido está abajo prendiendo fuego al gas o a la chimenea, ¿no aparece en ese momento Lange y le dice, \”aún no es tu momento\”? Recuerdo que el marido baja dos veces y sólo una con Lange abajo. Luego descubrimos que Lange no estaba al tanto de la violación de Tate. En ese momento -y si la memoria no me falla y es así- hay una vinculación Lange-hombre de latex-propóstio que luego falla.

    El por qué Moira aparece a los ojos de los hombres de una forma y envejecida con las mujeres más o menos… lo pillamos. Pero ¿por qué conoce la hija retarded los misterios de la casa? (advertencia a los mellizos) Al principio se nos presenta de una forma algo macabra (mellizos, su voz cuando la MILF corta al marido) y luego resulta que es un trozo de pan. Espero que no nos hayan querido colar un poco de moralina con el personaje *viendo lo que otros no ven*, etc.

    La segunda parte de la serie se ve con mucha menos tensión argumental y te quedas esperando *que llegue el momento*. Desviaciones sin importancia (novio de Lange), amagos que terminan en gatillazos (acusación muerte novio y cara quemada asumiendo las culpas) y por supuesto el lamentable episodio final, donde sólo salvo la muerte del marido (mira quién viene a ayudar a la chavala en el último minuto para que el marido se cuelgue) sobra lo demás. No es que sobre, es que hace daño.

    Lo de la nueva pareja es una jodida coña (el \”soy de origen español\”, si bueno, no) y el niño es tan jodidamente idiota que por una vez dan ganas de pedir a Tate que le rebane el cuello, pagafantismo nivel Íker Casillas, en fin.

    Como en taaaantas y taaaantas series, los guionistas van a tener que trabajar duro si no quieren una truebloocización de su producto.

    Perdón por el análisis un poco atropellado y a borbotones.

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