, archivado en Parks and Recreation

Olvidemos la primera temporada. Eran solo seis capítulos y, en efecto, no muy graciosos. Apenas recuerdo un agujero en un jardín y un tipo en bolas (pixelado). Los espectadores se confundieron; los actores también: Greg Daniels, uno de los responsables del remake americano de The Office, estaba al frente de Parks and Recreation. También la primera temporada de Michael Scott fue un tostón.

Pero en su segundo año Parks and Recreation se sacudió la herencia del padre. Como si le hubieran quitado peso y la hubieran pintado más alocada, más libre, más absurda, las desventuras de la funcionaria más eficaz de América adquirieron un tono de ligereza y frescura. De autenticidad, al fin y al cabo. Esos personajes acartonados del inicio, esas situaciones prefabricadas para humor de todo a cien se convirtieron en un vendaval de ingenio inesperado y mala leche. Este rodillazo a Chávez fue de los que escuece; ¡todos a la cárcel!:

http://www.youtube.com/watch?v=W_iygNwIr-k

En la transición hacia una voz propia, la serie sí mantuvo el formato de mockumentary, tan socorrido para dos de las claves del humor televisivo: estirar las consecuencias del fracaso (la vergüenza ajena) y permitir a los personajes contradecir sus acciones (el choque de expectativas). Salvo en el The Office de Gervais, donde el mecanismo se condujo a su máxima expresión, fundiendo forma y fondo de manera magistral, el mockumentary me suele resultar innecesario: Modern Family o la versión americana de The Office podrían ser igual de divertidas optando por un formato más tradicional. Sin embargo, el dispositivo sí funciona de manera estructural en Parks and Recreation. Para empezar, porque apenas llama la atención sobre sí mismo, únicamente para miradas de complicidad. Pero, sobre todo, porque el humor de Parks and Recreation es básicamente reactivo: lo más hilarante de muchas situaciones reside en los testigos de las acciones, no tanto en quienes las llevan a cabo.

Para ilustrar este punto fijémonos en la protagonista, la inigualable Leslie Knope (inmensa Amy Poehler). Es una trabajadora que se desvive por sus conciudadanos, que se empeña tan a fondo en su trabajo que asusta, que hace todo lo posible por alcanzar el bien común. Una heroína de la burocracia que vence a sus oponentes por testaruda. Las risas, más allá de su portentosa gesticulación, provienen de cómo los demas reaccionan ante Leslie, una señora que siempre se toma en serio. Tan en serio que no podemos dejar de reírnos con ella, puesto que pone el mismo tesón en salvar un árbol que el que Obama pondría en convencer al Congreso sobre su reforma sanitaria. En este sentido, Parks and Recreation es la serie política más idealista desde que nos dejara El ala oeste.

Parte de ese desfase entre la profesionalidad de Leslie y la dejadez del mundo -palanca de la comicidad de la serie- se consigue a través de los secundarios. Canela fina. La serie ha ido creciendo con ellos. Andy era un tontaína que ha evolucionado hacia un adorable niño grande; April, seca como un vaso de arena, ha destapado colmillo satírico y autoironía; Jerry, un hombre químicamente bueno, es el saco al que le caen todas las collejas; y Tom Haverford cumple con su cometido de caradura friki. El único flanco débil han sido Ann Perkins y Mark Brendanawicz, una especie de triángulo amoroso -con Leslie como tercer vértice- que no termina de cuajar desde el punto de vista cómico. Son dos personajes de contrapeso, claramente.

Supongo que los guionistas han atisbado el problema y se han cargado a Mark para esta tercera temporada. No le echaré de menos. Para sustituirle han llegado dos nuevos empleados del Gobierno: un excesivo y caricaturizado Rob Lowe (lo siento, no me convence su vis cómica) y un mucho más interesante Adam Scott. Tras el fiasco de Party Down, el personaje de Scott es el complemento perfecto para Leslie: tan eficaz como ella, pero en normal. Sus caras de sorpresa/espanto/descoloque recuerdan mucho al Tim/Jim de The Office. Sus miradas constantes a la cámara, buscando una mente sana en medio de semejante gallinero, son de lo mejorcito de esta tercera temporada.

No, no me he olvidado de él. Simplemente lo he reservado para el final. Mira que la Poehler está bien en Parks and Recreation, pero tengo debilidad por Ron Swanson. Es ver su cara de villano de Lazy Town o escuchar la voz grave, pausada, de Nick Offerman y esbozar una sonrisa. Él es el Tea Party: un libertario que odia al gobierno y, si puede, privatizaría hasta a su madre. Adora el chuletón, tiene hoyuelos al sonreír y corre como un dibujo animado de los cincuenta. Sus frases son lapidarias; sus hobbies también. Un ganador, con una sola palabra prohibida: impuestos.

Ah, Swanson abrió barra en twitter, con mostacho y todo. Con él y Leslie liderando el cotarro, estos entrañables funcionarios han conseguido que Parks and Recreation se convierta en una de las comedias más inteligentes y sólidas de la televisión actual. Con tramas largas, historias cortas, surrealismo, parodia y sus amagos de comedia romántica y deliciosa. Como ocurría con Cicely, en días como hoy dan ganas de buscar refugio en Pawnee, Indiana. ¿Alguien se viene?

8 Comentarios

  1. MFAL

    Quiero ver esta serie porque adoro The Office. Y aún sin estar de acuerdo en que la primera temporada de The Office sea un tostón, me vale como precaución a la hora del primer contacto con Parks & Recreation. A ver qué tal…Saludos!

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  2. Agustín

    Siento decir que la primera temporada me encanto. Descubrir a Leslie fue todo un hallazgo y comparto contigo tu adoración por Ron y su tan americana visión de la vida. En cambio creo que esta tercera temporada esta flojeando un poco, el objetivo de la primera temporada con el parque estaba mas trabajado y era mas solido que el festival de la cosecha. Echo en falta una trama de largo recorrido, y estoy de acuerdo contigo con que me cansa mucho Rob y su inagotable sonrisa

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  3. martinyfelix

    Ni la primera ni la segunda de The Office me han convencido demasiado hasta ahora, y me da pereza seguir. Sin embargo, con esta me hice fan desde el minuto uno, y ya considero que la 1ª es muy buena, aunque la segunda es aún mejor. Leslie quizá era muy extrema, y con el tiempo ha cogido el tono. Y de seis episodios a veintipico hay un cambio significativo. Sois todos muy fans de Ron, yo no le veo para tanto. Me quedaría con Leslie por encima de todo, ya me gustaría ser cómo ella, aunque sólo fuera por tener tanta gracia. A Row Lowe no le veo en comedia, la verdad. Y bueno, en Brothers & Sisters, dónde le estoy viendo ahora, tampoco me convence mucho. Adam Scott pinta bien, y esto lo digo habiendo visto sólo el 3×01. Y estoy de acuerdo en que ese triángulo fue bastante desafortunado, aunque ver a Leslie haciendo payasadas en el hoyo no tiene precio (y para todo lo demás, Mastercard). Me alegro que te guste tanto.

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  4. Alex

    La verdad es que el personaje de Mark desaparece de la serie porque Paul Schneider quiso dedicarse a su carrera cinematográfica. Pero fuera por la razón que fuera, desde luego que es uan decisión acertada.

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  5. Yorch

    Yo me voy a Pawnee de cabeza, me encanta la serie y estoy completamente enamorado del personaje de Leslie Knope.Fue una buena noticia que se cargaran a Mark, no aportaba nada. Ann Perkins me va gustando un poco más, pero es el típico personaje soso de toda comedia.Los nuevos han encontrado su sitio, a mí Rob sí me gusta en comedia, nunca lo había visto en este apartado y la verdad es que me hace gracia.PD: He visto en la entrada anterior que estás viendo OZ, grandiosa serie (salvo cuando desvaría un poco en las últimas temporadas)Saludos!

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  6. Víctor Pimentel

    Yo creo que esta clase de series, de tipo mockumentary y coral, necesitan un cierto tiempo hasta que los personajes se asienten. Ya sea para que el espectador se implique, para que los actores metan un toque personal a su interpretación o para que los guionistas tengan tiempo a desarrollar los personajes. Como dices ya le pasó a The Office y es simplemente genial que con solo una mirada de Jim ya sepas lo que está pensando. A ver cuánto dura la fórmula.PD: He tenido que buscar quién era Mark porque ya ni me acordaba de él xD

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  7. Nahum

    Yo tampoco soy muy fan de The Office US. Vi las dos primeras temporadas y parte de la tercera, pero nunca me apasionó. Sí la versión de Gervais, claro. Y no noté el bajón de la tercera. Creo qeu se mantiene bien. Sí es cierto que los 6 primeros capítulos de la 3ª los dejaron grabados el año pasado, por el embarazo de Amy Poehler. Quizá se nota la falta de frescura por eso, no sé. Por cierto, Daniel, creo que no se ha estrenado nunca en español.

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