, archivado en The Trip ,

Incurro en actos de fe para maravillas cuyo mecanismo desconozco pero sé que funcionan. Así, creo en Dios, en el paté, en el mercado, en los aterrizajes y, desde hace tiempo, también en las series británicas. Lo dije al comentar con frialdad el piloto de The Trip: mi prejuicio es que una serie de la BBC nunca defrauda. Y no lo ha hecho.

 

 

Winterbottom, uno de esos cineastas elevados a los altares de culto, se ha pasado con más bagajes que armas a la televisión, puesto que The Trip es una excusa minimalista, muy de humor de cable si esto fuera USA. Dos actores, uno de ellos emblema de la pantalla británica, se embarcan en un viaje gastronómico por el norte de Inglaterra, todo pagadito por The Observer. Como Echanove y Arias pero en versión refinada. Porque los cómicos británicos son tipos de alta cultura, que para algo atesoran estirpe. Y bailan de Coleridge a Sterne como quien se quita una mota de polvo de la chaqueta. Sin esfuerzo, con envidiable naturalidad.

De hecho, el primer elemento destacable de The Trip es su aspiración intelectual. Bajo su máscara de comedia absurda, se agazapa un producto muy depurado. De boutique. Por eso no es bocado para todos los paladares. Minimalista, intelectual… ¡y muy británica! La escena prototípica de la serie podría resumirse de la siguiente manera: Steve Coogan y Rob Brydon degustando platos de exquisita cocina -a ser posible, francesa- enlazando una imitación tras otra. Sin parar, como un carrusel. Ahí la cosa tiene un punto Seinfeld: los actores hablan constantemente sobre la nada. Van engarzando una chorrada con otra de forma casi incidental, como si Winterbottom les hubiera dado barra libre para improvisar.

¿Y muy británica? Of course. Buena parte de las imitaciones se basan en actores y personajes de la tele y el cine británicos. El propio Alan Partridge de Coogan sale a relucir sin descanso, pero es un personaje televisivo poco conocido fuera de la pérfida Albión.

Llegados a este punto, puedo tirarme a la piscina: The Trip es intraducible. Y no lo digo porque se me atraganten los doblajes. ¡Es que esto NO se puede doblar! La propia serie, en su cuarto capítulo, lo hace explícito. Como apoyo visual al reportaje de The Observer, la pareja de cómicos almuerza con Yolanda, una prestigiosa fotógrafa de La Mancha. La mujer no se cosca de ni una de las voces que hace Brydon, claro, hasta el punto de que los actores le toman el pelo a lo Michael Caine. Ella les responde: “Ah, es que en España vemos las películas dobladas y no sé cómo es la voz de Michael Caine“. ¿Cómo lo doblarías aquí? ¿Con Carlos Latre imitando a Ramón Langa y Constantino Romero? Con un más difícil todavía: el último Michael Caine no lo dobla la misma voz hispana que el de Zulú o Alfie… Un lío, vamos.

Como anticipé hace un mes, uno ataca la serie con sospechas y, sin embargo, acaba cogiéndole mucho cariño a estos personajes. Ignoro -como en Larry David, Extras o nuestro Jorge Sanz– dónde acaba el personaje y cuándo empieza la persona. La ambigüedad de estos pisuergas forma parte del truco… pero no es lo relevante. No. Las figuras que se nos presentan están cargadas de vida, importa un bledo si son reales o no. Y The Trip no es más que una nueva variación sobre un tema tan viejo como Homero: el trayecto externo como espejo de la transformación interior de los personajes.

Una estructura muy clásica que se permite un giro de tuerca en manos de Winterbottom. Por un lado, porque la ruta gastronómica da casi tanta hambre como El festín de Babette. ¡Y yo que pensaba que los ingleses no iban más allá de la mantequilla de cacahuete…! Por otro lado porque, como escribe Mark Oakley, la serie es como una carta de amor al norte de Inglaterra. Esa campiña, con paisajes líricos y gentes con encanto, más allá de los tópicos, donde los fantasmas ya han dejado huella de humanidad. Y, por último, porque nos muestra dos formas de enfrentarse a la crisis de madurez: la de Coogan, la estrella, mucho más traumática, intentando encontrar paz en los lugares equivocados (líos de una noche, drogas, éxito profesional), como ejemplifica esta brillante escena de la metáfora del puente; y la de Brydon, un payaso sofisticado y algo pesado, que acaba revelándose como un tipo mucho más feliz que el exitoso Coogan. Brydon es un hombre de familia, con sus debilidades, pero consciente de que la cotidianidad puede ser el mejor refugio para la felicidad. En este sentido, el montaje paralelo del final resulta hasta demoledor. La felicidad está muy cerca, compartiendo una broma con tu esposa; la mejor comida pueden ser unos huevos fritos cocinados con cariño y aliñados con buena compañía (1.6.). Lo demás… lo demás es nouvelle cuisine y silencio.

The Trip no reinventa nada. No es una obra maestra. Y probablemente no le guste a casi nadie. Quizá a dos o tres estilistas y a mí, por llevar la contraria. Pero es una de las comedias con más personalidad que he visto últimamente. Una propuesta rara, agridulce y extrañamente sensible. De tristeza callada. Pero que no olvida regalar algunas conversaciones absurdamente divertidas; os dejo con este despiporre contra los tópicos de los dramas de época, no tiene precio:

Pero no olvidéis que lo más interesante en The Trip no es el humor, sino el amor… y su ausencia.

9 Comentarios

  1. Alex

    No tenía ni idea de que esto existía, tengo que verlo ya. Steve Coogan me parece un imprescindible absoluto de los último años (Alan Partridge mediante).Te debo una, y como me guste dos.

    Responder
  2. jcmarlow

    Qué sorpresa más maravillosa!! Parece que no soy el único que después de ver Tristram Shandy a Cock and Bull Story se quedó con ganas de más.

    Responder
  3. onnolis

    Hola, AlbertoYa sé que aún no la has visto, por un comentario tuyo del 10 de diciembre, pero te recomiendo encarecidamente "Dowtown Abbey": una joya, una auténtica delicia… 7 capítulos que vi del tirón. Espero con ansias que la comentes…Saludos!

    Responder
  4. Nahum

    ALEX: Pues yo no soy muy de Coogan. Sí que me gustó el Tristam Shandy pero no conozco su Alan Partridge. JCMARLOW, MR. DRAPER: Ojo, que es una comedia muy diferente. Pero, bueno, a los amantes de Winterbottom les gustará seguro. ONNOLIS: Sí, sí, la tengo desde hace tiempo pendiente. Pero he empezado primero con Dr. Who y me he enganchado a mi esposa en la tercera de Breaking Bad. Pero está en el radar, seguro. Primero, otra británica: ACCUSSED.

    Responder
  5. Heisenberg Dufresne

    "más allá de la mantequilla de cacahuete…!" Jajaja.Pues me gustaría ver esta serie pero no encunetro subtítulos en castellano."Nine Songs" ha sido la única película que he visto de este director, y me gustó.

    Responder
  6. Anonymous

    quiero verla, me encantan los 3(Coogan, Brydon y Winterbottom) pero no la encuentro para descargar en descarga directa, alguien me puede ayudar? gracias!

    Responder

Responder a Nahum Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *