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Uno de los mejores distintivos de la televisión inglesa es la forma que tienen de reciclar la tradición. Sus dramas están rebosantes de adaptaciones literarias del XIX, trasposiciones de relatos policíacos populares, relecturas de mitos clásicos y ese omnipresente aliento shakesperiano. Por eso, entre otras cosas, son grandes.

El éxito de la estrategia se ha probado, una vez más, con Sherlock, una de las sensaciones del verano. El público la ha respaldado y la crítica la ha aupado (con excepciones como esta trituradora del Telegraph). Pero, ¿es Sherlock tan buena como parece? Veamos.

 

 

Como tantos adolescentes, yo también tuve un “verano Holmes“. A los 14 ó 15 años devoré todo Conan Doyle, a excepción de El valle del terror, en la elegante edición completa de RBA. Solo más tarde descubrí que ese ingenioso arquetipo lo había inventado Poe con Auguste Dupin, otro racionalista extremo, cientifista, en un mundo romántico que moría arrumbado por la modernidad y el progreso técnico. En todo caso, quien se llevó la fama fue este detective inglés, como se aprecia en la ingente cantidad de versiones (confesas e inconfesas) que ha tenido. Más allá de cómics y juegos de ordenador, su estampa ha sido recurrente desde los albores del cine, pasando por la humanización de Billy Wilder, la juventud de El secreto de la pirámide, la paródica reversión de caracteres con Michael Caine y Ben Kingsley, aquellos dibujos animados de Miyazaki o la excitante y vitaminada visión del último Guy Ritchie.

Con Sherlock la BBC ha optado por volver al “canon” holmesiano, pero… pero no del todo. Es difícil recordar los detalles de tramas tan enrevesadas con detalle, por supuesto, pero mi memoria alcanza a detectar muchos de los múltiples homenajes que esta nueva versión contiene. Los dos primeros capítulos (siempre de hora y media y en HD) están inspirados en las primeras novelas: Estudio en Escarlata y El signo de los cuatro. Y, desde el inicio, resplandece el estilo Moffat: la actualización simpática y acelerada de todos los personajes… ¡adaptados al estilo y las peculiaridades del siglo XXI! Así, el Dr. Watson (el inolvidable Tim de The Office) desvela sus aventuras en un blog y, en esta ocasión, ejerce de veterano de Irak; Holmes cura sus adicciones con parches de nicotina y estudia la condición humana no en la literatura y los periódicos sensacionalistas, sino en internet y en los programas de telerrealidad; Lestrade sigue al frente de un Scotland Yard tan cotidiano como incompetente, etc. Aparecen todos los secundarios. Incluso Mycroft, el hermano de Holmes, sigue vinculado, en la sombra, al Gobierno Británico… aunque en esta nueva versión parece algo patoso cuando, en realidad, era un tipo mucho más listo que Sherlock, solo que gandul como una tortuga.

Moffat mantiene un Sherlock depresivo, asocial, genial, atlético, químico y ambiguamente brillante. Y, como era de esperar, añade a la trama un ritmo frenético y una exuberante visualidad. Por eso, las pesquisas de este “consultor policíaco” en el lugar del crimen tienen ese toque CSI de mostrar la superficie física de los objetos. ¡No es un arte, es una ciencia! Además, la historia presenta giros que dejan con la boca abierta y la resolución de ciertos enigmas dan ganas de aplaudir.

Sin embargo, no me ha parecido una serie redonda, de diez. El primer capítulo estuvo sobresaliente, el segundo se me quedó en raspado y el tercero reascendió solo hasta el notable alto. ¿Por qué?

 

 

(A partir de aquí, ligeros espoilers) En primer lugar, por abusar de, y vaciar de sentido, ciertos detalles inicialmente originales, como el de mostrar sobreimpresionados los mensajes de texto. Pero, más allá de minucias, Sherlock pierde fuerza, sobre todo, por la extensión del guión. El segundo capítulo habría quedado niquelado con solo una hora de metraje. Y el último (“The Great Game”) juega a demasiadas cosas a la vez; intuyo que el aprieto proviene de mezclar elementos de varios relatos: “Las cinco semillas de naranja”, “Escándalo en Bohemia” y “El problema final”, entre los que recuerdo. “The Great Game” sí que mantiene muchos elementos estimables, of course, como el perverso modus operandi del criminal o la divertida sustitución de la famosa catarata por una piscina. Pero ni Moriarty parece un archienemigo en condiciones ni el cierre logra superar el callejón sin salida de Conan Doyle.

 

Porque, conviene recordarlo, el escritor odiaba a su personaje (“literatura menor”) y frente a Moriarty no lo dejó agarrarse al precipicio.

Algo que Moffat, con su cliffhanger, sí ha hecho.

9 Comentarios

  1. satrian

    A mí el collage de mil casos en un episodio del tercero me gustó mucho, no me pareció mal recurso, desde luego que el primero guionizado por Moffat es el más destacado, pero no me parece que bajara tanto el listón en el segundo.El signo de los cuatro es uno de mis relatos preferidos de Arthur Conan Doyle.

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  2. MacGuffin

    Tengo curiosidad por ver cómo arreglan ese cliffhanger, porque la solución de Conan Doyle de la técnica extraña de artes marciales que sólo conocía Holmes… :)Confieso que yo me he pasado muchos momentos intentando averiguar de qué aventuras sacaban las tramas (como "La aventura de los bailarines" en el segundo episodio).

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  3. OsKar108

    Aunque he visto unas cuantas de las adaptaciones (y leído alguna) no soy "un gran experto" en Sherlock Holmes. Lo que sí tengo que decir, es que est adaptación/modernización, o como se le tenga que llamar, me lo ha hecho pasar realmente bien, eso sí, coincido en el "orden de valoración" (1, 3 y 2). Esperando a más, que ya ha confirmado la BBC.P.D. ahora en un rato, me pasaré a leer los enlaces (en castellano) que has puesto.¡Saludos!

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  4. Alex

    Doyle odiaba a su personaje pero ciertamente Gattis y Moffat no, por lo que preveo varios años más inmersos en el nuevo mundo de Sherlock Holmes.

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  5. Josep

    Siguiendo la recomendación, acabo de ver el primer episodio: me ha gustado la traslación de época con todo lo que conlleva y me he quedado con un interrogante: ¿Es pura chiripa, que la tele británica disponga de actores como ese joven Benedict Cumberbatch con una voz espectacular?Por cierto: la continuación de la serie, de momento tendrá que esperar, porque "Sherlock" está interviniendo en el refrito de una de mis series de cabecera: Calderero, Sastre, Soldado, Espía, en la que Benedict representa a Peter Guillam, el hombre de acción amigo de Smiley. Miedo me da, ese refrito, aunque los mimbres no son malos….Saludos.

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  6. Nahum

    SATRIAN: No sabía que el primero era el único guionizado por Moffat. Ahora entiendo, entonces, por qué es tan potente. MACGUFFIN: Sí, jaja, que la "resurrección" de Holmes era bastante gratuita. Intuyo que fue algo consciente hecho por Doyle, sorprendido por el amor que suscitaba su personaje. Los fans le perdonarían cualquier cosa con tal de que escribiera más historias. OSKAR: Es que el primer episodio tiene una frescura y una fuerza. Si el resto hubieran sido más cortos, creo que podrían haber sido igual de efectivos. ALEX: El público lo ha respaldado. Así que larga vida…JOSEP: En la tele británica, nada es casualidad. Por cierto, ni idea de ese "Calderero, Sastre…" del que hablas. Veo que eres gran conocedor de la tele británica. A mí cada día me gusta más.

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  7. Seriálicos Anónimos

    Fijándome únicamente en la serie:1. La edición y realización me parece que sí alcanzan el diez: es original, clara y nada monótona.2. Considero que al Dr. Watson le falta un poquito de caracter, ¡hasta en los dibujos se le ve más chica! A ver qué pasa con él. Eso no significa que no actúe bien, sí lo hace, pero su papel le otorga al guión ese notable indeseado.3. Salvo lo dicho anteriormente, el guión me parece muy bien resuelto. Las explicaciones de los crímenes sitúan a Holmes en el terreno de los mortales. Sí, eso no es nuevo, pero su traducción a un programa serial le da un no sé qué muy interesante.4. Coincido en que considero que no han acertado en la estructura: sería mejor episodios más cortos y más, ¡muchos más!, porque sí, Sherlok engancha y aunque con un 8.5 rozando el 9, uno se queda con ganas de ver !más!Estoy deseando ver cómo continúan.S.A.

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  8. la comunidad secreta

    gran serie, vibrante y entretenida como pocas, y recupera el espiritu del mito de Holmes sin duda, aunque al primer capitulo le restaria tambien un buen pedazo, lo que tarde Sherlock en darse cuenta de que la profesión del criminal resulta ridiculo, claro que en el piloto original no era tan absurdo, para mi esa seria la principal pega del primer capitulo, y quizá lo poco original del método del asesino y su entrentamiento con éste, ya hemos visto cientos de veces, en peliculas y series, esa clase de dilemas, me decepcionó un poco en ese apartado, pero en todo lo demas el primer capitulo es estupendo, sobre todo por la dinámica entre los protagonistas, sus magníficos dialogos y su particular sentido del humor.el segundo es el más flojo sin duda, sobre todo por lo largo que se hace, aunque para mi lo imperdonable de ese capitulo son los absurdos flashback, innecesarios casi todos y en el caso de los de Sherlock peleando con el árabe hasta burdos, XDel tercero me pareció bastante mejor, y Moriarty no me molestó, es una apuesta arriesgada ya que su voz aflautada y extraña es de lo más inquietante y no tiene una presencia imponente, aunque para mi el peor error con este Moriarty es que parece más loco que brillante, XDsin embargo queria hacerte un apunte, comentas que Mycroft parece mas torpe, pero si que se insinua que es mas listo que Holmes,cuando Watson regresa de dormir en casa de Sara Sherlock le pregunta que tal el lilo y Mycroft detalla "en el sofá, sherlock" y este lo acepta, XD, es un detalle pero bastante claro, XDcomo siempre tus reseñas estupendas, XD

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