, archivado en Supernatural

“Los finales son dificiles. Cualquier mono de trasero agrietado con un teclado puede defecar un comienzo… pero los finales son imposibles. Intentas amarrar todos los cabos sueltos. Pero nunca puedes. Los fans siempre van a soltar pestes. Siempre va a haber agujeros. Y puesto que es el final, se supone que todo ha de conducir a algo” (Chuck, 5.22.). 

Lo que vale para Supernatural (y para Lost, by the way) ya lo escribió Aristóteles hace siglos en su Poética. Empezar una historia lo hace casi cualquiera; terminarla bien, solo unos pocos. Por eso cada narración debe adecuarse a la longitud que reclama la trama. Es la mayor pega de esta palpitante aventura que nos está contando Supernatural, una de las pocas series imprescindibles de los últimos años para mí.

 

 

Estábamos cansados, faltos de oxígeno, soportando la presión porque atisbábamos la cima, ahí, al alcance de la mano. La quinta temporada iba a ser la última… y tenía que serlo !No se puede postergar un Apocalipsis! Pero la han estirado provocando que toda la tensión acumulada en el ascenso -la embestida final contra el ejército de las Tinieblas- se haya diluido entre capítulos desiguales, en especial en el último tercio del curso. Y, además, han hecho que el libro de David Lavery (editor de los volúmenes académicos sobre Buffy, Los Soprano, Deadwood, Perdidos, etc.) en el que colaboro, se haya quedado cojo: este Supernatural: TV Goes to Hell no reflexionará, como tenía previsto, sobre el fin de los Winchester

(A partir de aquí, espoilers de toda la quinta temporada)
Quizá por eso, la season finale me dejó un sabor tan agridulce. Careció de la épica desatada de otras ocasiones y se sacó varios ases de la manga (la peña moría y resucitaba como si esto fuera Lost) que endulzaron el clímax y rebajaron la tensión emocional. Pero, aún así, tuvo elementos muy notables: la vuelta a Lawrence para cerrar el círculo, SamLucifer ante el espejo, las dudas teológicas sobre el libre albedrío y el tono melancólico, tan bien logrado, de la trayectoria del Chevrolet Impala 67. Este tipo de libertades narrativas son las que convierten a Supernatural en una serie diferente, tan irresistible. Kripke, el creador. El tipo, en plena batalla entre ángeles y demonios, se descuelga con una sorprendente textura documental, nostálgica, intimista, donde el profeta Chuck rememora la vida de los Winchester a través de su único hogar: el automóvil. Esas vidas errantes, furtivas, que solo encuentran consuelo y sosiego en el asiento de un coche, con el rock and roll y la certeza de la familia como último refugio.

Escuchando a Chuck, uno se da cuenta de hasta qué punto se ha implicado emocionalmente con estos dos hermanos. A nosotros, como a los propios personajes, lo que nos importa de veras son los Winchester. Nos han convertido en parte de su familia. Nos duelen sus dudas, sus temores, sus sacrificios y por eso resultó tan fascinante el relato de Chuck. Ahora mismo me da igual si sigue ejerciendo de profeta o si es Dios encarnado. Lo singular fue escuchar su reflexión autorreferencial, metatextual, acerca de la propia serie y sobre el viejo arte de contar historias. Era una despedida, como decía Van Hessa.

 

 

Necesitamos los relatos para sentirnos menos solos, para vivir otras vidas e intentar poner algo de orden en la nuestra. Intuyo que Kripke (que cesa como productor ejecutivo) nos dijo adiós y se permitió el lujo de dar una bofetada a la cadena por boca de Chuck. Ahí sí: en la ficción, el escritor actúa como Dios creador. Pero sus personajes han crecido tanto, han obtenido semejante éxito que ahora hasta resultan más importantes que su autor. Y se han emancipado. Pero él llega hasta aquí, como anunció, mostrándonos las pistas de cómo habría sido su final. Por eso acaba desvaneciéndose: Kripke, el verdadero profeta de Supernatural, el Hacedor, ya no guiará el rebaño. De ahí que resucite (de forma deliberadamente torpe y gratuita) a sus personajes, para que otro Dios-creador continúe con el trabajo: “Sin duda, los finales son duros. Pero de todas formas, nada termina del todo, ¿no?”.
A pesar de ser la temporada más irregular, Supernatural ha dejado grandes momentos este año. Un homenaje para recordar mis favoritos y compartirlos con los amantes de los Winchester

Paris Hilton decapitada (5.5.): porque ver a una celebridad perder la cabeza va más allá de lo metafórico…
-“Changing Channels” (5.8.). Parodia metatelevisiva con muy mala leche, extrayendo los rasgos de la sitcom, dando caña a CSI o bromeando con el coche fantástico (5.8.)
La convención Supernatural (5.9.): más autoironía para descubrir todos los tics de la propia serie.
La muerte de Jo y Ellen (5.10): un adiós con aroma de tragedia griega para estas dos heroínas.
-La humanidad de Sam, llorando y rezando (5.14.): quizá uno de los momentos más punzantes y tristes de toda la serie. Soy humano, Dios, ayúdame. Por favor.
La viscosa aparición de la Peste (5.19.): una coda asquerosa, muy de terror de serie B.
Cuando desmonta el último jinete (5.21.): la música, lo inquietante, ese leve choque, el rostro de la Muerte.
Sin final feliz (5.22.): Chuck se despide, pero esto es un hasta luego.

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Cortesías (Ecología de la Comunicación

9 Comentarios

  1. satrian

    Esa desaparición de Chuck de la silla, fue su mutis por el foro de Kripke, habló por su boca, y para mí dejó una gran season finale, no esperaba fuegos artificiales y si un cierre emotivo y me lo dio, hasta el momento surrealista con la canción de Def Leppard tuve.

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  2. Kratos

    A mí me ha parecido uan gran season finale, y yo me lo tomo también como una series finale, aunque por desgracia no sea así. En cuánto a lo de la resurección, lleva pasando a lo largo de toda la serie y con personajes más importantes, cómo Dean.

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  3. Anonymous

    Bien visto, Alberto, lo de la autorreferencialidad. Eric Kripke se enfadó de lo lindo con que le renovaran la serie y se ha vengado a su manera el muy cabrón. Tal y como esta no es el final que él habría querido, viendo otras temporadas habría tenido mucho más fuego y rabia. Pero que se la envainen los ejecutivos, por babosos.Yo creo que Chuck es Dios: fíjate que la llamada que esperaba era de Magda "Magdalena".Fernando

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  4. OsKar108

    Que pena, ya me estoy acercando (visto hasta el 5×08), pero no he podido leer más allá del aviso de Spoilers. Cuando acabe la temporada a ver si me acuerdo y me vuelvo a pasar por aquí.¡Saludos!

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  5. Nahum

    SATRIAN: Ya, ya te leí. Pero, jo, yo sí que me esperaba más fuerza. Acostumbrado a los fuegos artificiales de otros cierres…KRATOS: Toda la razón con las resurrecciones. Pero no tantas en un solo episodio y nunca tan fáciles (te toco y vivo). FERNANDO: Anda, no había caído en lo Magda. Pero, en ese caso, sería Jesucristo que baja a la Tierra. Ummm, no me convence. OSKAR: Vuelva, vuelva usted para contarnos sus impresiones, per favore…

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  6. Anonymous

    Me ha gustado mas de lo que creia. Yo tambien lo vi como final de la serie,Para mi esta Ultima escena de sam y la farola nunca debio aparecer, hubiera quedado un final bonito y redondo. lo que hagan a partir de ahora me lo tomare como un añadido.Odio que las cadenas hagan estas cosas.Como creeis que kripke habria acabado la serie? yo creo que la ultima escena de sam y la resurreccion de bobby no hubieran ocurrido. que opinais?

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  7. Serieina_Cris

    A mi me encantó la season final y me parecía un cierre perfecto para la serie.Me encantó la forma de narración, haciendo al Impala el protagonista y sobretodo las palabras de Chuck que eran las de Eric Kripke.Veremos la temporada que viene, pero lo tienen muy difícil el poder mantener el nivel y el hacer algo que resulte creíble tras todo lo que han pasado los protagonistas.

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