, archivado en Six Feet Under ,

Hace un par de meses, a raíz de la entrada dedicada a los mejores finales de temporada, anuncié que empezaría una etiqueta destinada a analizar el cierre de algunas de las series más importantes de los últimos años (The Wire, The Shield, The Sopranos, BSG, The West Wing o Lost, cuando llegue…).

A dos metros bajo tierra me parece una serie importante, sobre todo por su trascendencia extratextual: fue de las pioneras en lograr un reconocimiento crítico masivo para la televisión. Admito su excelencia, por supuesto, pero jamás la incluiría en mi podio dada su irregularidad: las temporadas 3 y 4 (e, incluso, parte de la quinta) son enloquecidas, pedantes, repetitivas y melodramáticas en exceso. Como una panda de pijos mentales que han leído a Kierkegaard y se quejan, ay, de que todos nos vamos a morir. O sea: como una telenovela… filmada en calidad de cine, eso sí.

En todo caso, la mayor virtud de la serie fue el de atreverse a domesticar la muerte. El telón de fondo de la funeraria de los Fisher le servía a Alan Ball para establecer un discurso diferente en torno a las emociones humanas. El “original” ambiente servía tanto para inteligentes momentos de humor negro (mis favoritos) como para reflexiones casi metafísicas sobre la finitud de la vida, la necesidad del otro o el ansia de trascendencia. Y ahí llegó donde pocas series lo han hecho. Reflejando complejidad, contradicción, amor, dolor, egoísmo, paternidad, entrega, soledad, ternura… en fin, esa cosa tan extraña que hemos convenido en llamar vida.

La parte final de Six Feet Under recuperó -aunque desde una perspectiva más oscura y deprimente- la fuerza de las estupendas dos primeras entregas. El último capítulo llevó el título de “Everyone’s Waiting” (5.12.). Desde la secuencia inicial había una declaración de principios que subvertía la estructura habitual: la muerte, por fin, dejaba paso a la vida:

El nacimiento de Willa abría una hora de televisión altamente emocional, donde todos los personajes daban el paso que les faltaba para la libertad. Claire encuentra un trabajo en Nueva York y recupera la mirada pura con Ted; Brenda descubre todo su instinto maternal, alejada de la suicida jerga psicoanalítica de los Chenowitz; la destrozada Ruth decide por fin pensar en sí misma, aliviada al saber que su hijo murió feliz; Maggie posiblemente esté embarazada de Nate; Rico se emancipa de la alargada sombra de los Fisher; y David consigue levantar una nueva familia, alejado de la represión que se había autoimpuesto y superando los miedos que le atenazaban (era él mismo quien se escondía tras la capucha roja).

No es casualidad que todos decidan cerrar con un brindis por el difunto Nate, un personaje vitalista, complicado, autodestructivo y dependiente que, sin embargo, actúa como catalizador para el resto del reparto. Su muerte rompe el insano equilibrio. Insufla vida. Paz. Como si fuera un sacrificio, una forma de liberación. Por eso tampoco es coincidencia que el espacio donde se ha desarrollado la serie, el nexo de unión entre todos los personajes, la casa-funeraria, sea virtualmente “demolida” al final: Ruth y Claire se mudan, Rico la abandona, Brenda la olvida y David la remodela, tornándola irreconocible (el personaje de Kathy Bates, siempre sarcástico, afirma que es una cocina “cien por cien gay”). La casa se convierte así en un nuevo hogar, sin huella, preparada para un tipo muy diferente de familia. Sin el yugo del pasado.

Es un final que me gusta porque intenta atar todos los cabos sin renunciar al realismo mágico y al onirismo que habían marcado como estilo. Nate era el último eslabón. Ahora hay que pasar página y ahuyentar los fantasmas, se dicen los personajes. En ese sentido, el manejo del sentimiento es delicado y acertado y el guión lo refleja con sutilidad. Es un final que cierra, lo que no es tan fácil. Sin embargo, tengo mis reservas hacia estos últimos minutos:

A pesar de la belleza de la canción “Breathe Me”, de Sia, de la sugestiva metáfora del coche que se aleja y se mueve hacia el futuro, la realización me pareció tan chusquera que cortocircuita la emoción. Sí, sí, lo digo por el maquillaje de todos los personajes avejentados. Ejercer ahí la virtud de la elipsis les habría venido de perlas… porque quizá no era necesario mostrarlo todo para saber que los Fisher “murieron felices y comieron perdices”.

 

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Cortesías (The Arcade Magazine y Misfits)

24 Comentarios

  1. Alejandro A

    el mejor final para la mejor serie, todo el analisis que le haces es perfecto ya que cerró círculos de manera magistral y hermosa, pero considero que lo que dejan los ultimos minutos no son "murieron felices y comieron perdices" sino que aunque nunca tuvieron una vida perfecta supimos que tuvieron una vida plena

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  2. sujeto117

    Reconozco que la caracterización de los personajes como viejos no está muy conseguida (se limitan a poner pelo blanco)pero el final en sí, esos seis minutos con esa canción de Shia pone los pelos como escarpias (vaya pijá de llorar) Un gran final para un grandísima serie, con sus altibajos como todas, pero una de las grandes.

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  3. edp

    Me pareció tan maravilloso que no me fijé en la caracterización. A mi también me gustaron las últimas temporada. La evolución de la relación entre los tres hermanos es de lo que más me gusta de la serie, me parece divertida, sutil y humana. Sigo echando mucho de menos a los Fisher.

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  4. JM

    Por fin alguien de peso blogueril que lo dice en voz alta. Gracias por dar pie a esto, Nahum: SFU no es TAN grande, al menos desde mi punto de vista, claro. Vi la primera temporada y me quedé más o menos igual. Ciertos detalles desprendían calidad, pero el exceso de drama me echaba para atrás y, en vistas del final de la S1 (a Nate le diagnostican la MAV), temí que este fuese a más hasta desbordarse. Mi novia siguió viéndola y me la iba explicando; el comentario que hizo de la S3 y la S4 es casi calcado al tuyo.Igual que tú, disfrutaba con el humor negro. Adoré el valor del piloto al rodar aquellos falsos anuncios de estética Apple para vender ataúdes… en el episodio 2 ya habían desaparecido. Y, por lo visto, las charlas con los muertos también pasaron a mejor vida (no pun intended ;p). Además, detestaba con todas mis fuerzas a Ruth, pero eso es otro tema.Cuando vi el final pensé que se salvaba gracias a la fuerza incontenible de “Breathe Me”, precioso tema capaz de hacernos pasar por alto una labor de maquillaje lamentable (con momentos casi cómicos, como la muerte de Brenda). En cambio, la de Claire, una anciana cuyas auténticas arrugas están cargadas de historia a la que reconocemos por las fotografías de la pared (magnífica ambientación), es bella, lírica, y cierra con acierto una serie de secuencias bastante menos afortunadas… salvo por la música, insisto.El drama desatado no es mi género, eso no lo puedo ignorar, como tampoco el hecho de que solo he visto una temporada completa (también la mejor, según algunos). No obstante, los quehaceres de los Fisher no lograron retenerme como otras series sí lo han hecho. Supongo que hay opiniones para todos los gustos…Pd: por cierto, prepárate para que te lluevan piedras. Lo tuyo es coraje, Nahum, y lo demás son tonterías ^^

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  5. cósima

    Pues a mí me ha emocionado hasta leer tu crítica…volver a revivir con los Fisher algunas escenas sigue haciéndome cosquillas en el corazón. El final (vaaaale, la caracterización era malísima) fue como cerrar el libro que no quieres que se acabe nunca, muy triste pero reconfortante. No sé…entiendo que es un dramón, y como tal no puede gustar o interesar a todo el mundo, pero es para mí, una gran serie de personajes, de sentimientos. Y como dije, a pesar de no compartir gustos, gran crítica. 😀

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  6. Yorch

    Siempre leo en los blogs que tiene un gran final, pero me veo incapaz de pasar del 1×03… y ya van 3 intentos.

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    • Leonor

      Tienes que engancharte la problemática familiar el sentimiento de los hijos con el padre muerto la madre con ese
      Espíritu de servilismo los encuentros y desencuentros no es una serie para todos pero los tres últimos capituló me La pase
      Llorando

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  7. WATANABE

    Six Feet Under utilizó elementos melodramáticos (entre muchos otros) con la maestría con la que también lo hizo por ejemplo Visconti. La exageración del drama es parte del juego de espejos de la serie, de uno depende entrar o no en él. Yo (por suerte) entré de lleno y mis sentimientos se dispararon al infinito, especialmente en las dos últimas temporadas. El maquillaje final de los actores me parece una nimiedad comparada con la fuerza de las imágenes y la música.Saludos.

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  8. OsKar108

    Me parece tal la fuerza del final de la serie (maravillosamente acompañado por Breath Me de Sia) que tampoco me importó (ni me importa al volverlo a ver) el maquillaje de las secuencias y sí esa manera de cerrar las historias, en las que conociendo a los personajes creo que ese "murieron felices y comieron perdices" más bien debió ser lo que dice Alejandro A "aunque nunca tuvieron una vida perfecta supimos que tuvieron una vida plena".Una crítica de la serie que también me ha parecido soberbia. Y por cierto, aunque yo tampoco la tengo en mi top-5 (sí muy muy cerca) considero que las 2 primeras temporadas (y parte de la última, cuanto más se acercan al final) son estupendas.¡Saludos!

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  9. Eros

    Pues fijate que la tercera temporada es, por mucho, mi favorita. Enormes cambios para la familia Fisher. Cambios que terminarían por afectarnos más de lo debido. Six Feet Under es pasión. Es fuerza. Es blanco. Negro. Gris. Morir. Vivir. Y resucitar. Y concuerdo contigo, por mucho que le final haya decidido irse por los senderos de Disneyland no me gusto del todo. El maquillaje me entraba por los poros como polvo en la nariz. Me encantaba SFU porque un día tenías a los personajes de la mano, al siguiente desparecidos. Odio y amor. PD: Lo que mencionas del desbarajuste de la 3-4-5ta puede verse reflejado en el episodio "That's my dog" Genial en su realización, inútil para la trama, aunque haya traído cambios significativos en David.

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  10. escéptico

    Es cierto que tiene un par de temporadas de transición. Aun así me parece la mejor serie que he visto en cuanto a diseño de personajes. Profundiza hasta donde casi ninguna lo había hecho. También me parece un casting memorable.Comparándolo con Lost, por ejemplo, no hay color. En la isla muchos personajes son planos, casi caricaturas, y la mitad de los actores van muy justitos de registros. Ya sé que el género no tiene mucho que ver. Lo de la caracterización del último capítulo es verdad, lo que pasa es que al tener los ojos humedecidos ni me di cuenta.P.D. Sí, la comparación con Lost es para picar un poco. Me parece de justicia después del timo de capítulo doble que se han currado.

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  11. Pepita Grilla

    De las series que yo he visto, que han sido unas cuantas, a mí me parece que junto con The Wire probablemente sea la serie de mayor complejidad en cuanto al componente psicológico y emocional. Sinceramente, creo que no le haces justicia en el primer párrafo de la entrada… La excelencia y todos esos adjetivos que le dedicas en ese primer párrafo no me parecen compatibles.

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  12. seriéfilo

    si que es verdad, y no habia terminado de caer en ello que el melodrama está demasiado presente en la trama, quizá porque dota de una mayor intensidad a la historia o porque el espectador empatiza más con los personajes, personajes que, en mi opinión, son los que mejor han representado ese claroscuro de matices que es la vida.

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  13. Brian Edward Hyde

    Pues yo, querido Nahum, que soy mitómano hasta decir basta y adoro a Alan Ball desde que deconstruyera la sociedad acomodada de EEUU en American beauty no podía más que caer prendado con esta serie. Y así fue, si ya había crecido en su época a la par que Buffy, mi desarrollo siguió su curso con la pelirroja Claire. Descubrí una serie donde todos los protagonistas escondían culpa y pecados, desde la mayor mujer desesperada (aparte de Marge Simpson) que es Ruth Fisher hasta Nate, el hijo perdido que no sabe encontrar su sitio en el mundo. Y David, y los Díaz, los Chenowitz… cómo introducir la metafísica y los diálogos trascendentales a un público amplio, la sutilidad de su humor negro e ironía, la galería de secundarios de lujo…No será una Soprano o The Wire, pero las historias de estos personajes y el último episodio serán probablemente los elementos televisivos que más me han marcado y recordaré de por vida. Es imposible no llorar con el desenlace de una era perfecta. En cualquier caso, me alegro mucho de que le brindes este homenaje y de que cada vez seamos más los que reconozcamos la trascendencia de una serie que, sin hacer ruido, ha llegado bastante lejos. Saludos 🙂

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  14. eduardo teran

    LLego tarde pero ya que…Si el maquillaje esta "al aventon" algo relamente extraño despues de ese magistral maquillaje que tuvieron durante sus 5 temporadas. Pero Watanabe hizo un comentario mas que acertado, es TANTA la fuerza de las imagenes de la musica de la escritura, del montaje y de la DIRECCION que eso te viene valiendo un cacahuate por que estas envuelto en este mar de emociones que te pulverizan te muestran en esos 6 minutos la VIDA Y LA MUERTE como nunca una pelicula o una serie te lo ha mostrado. Y tambien siento un tanto exagerado todas las criticas hacia el bajon que tiene la serie, SI ok la 3ra no fue las primeras 2 pero con ese bajon y todo aun mantiene una calidad tanto en guiones actores y direccion que DECENAS y DECENAS de series matarian por tener. Para mi SFU es un analizis de la sociedad atraves de estos personajes que los desarrollan y los profundizan con tanta complejidad honestidad humanismo pero sobre todo NATURALIDAD que parece documental. Yo estoy viendola por 5ta vez acabo de terminar la 3ra y me sigue maravillando. Y no me da pena decir que Six Feet Under me cambio la vida.

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  15. Anonymous

    No estoy de acuerdo que tenga temporadas tan irregulares. Como todo hay momentos que enganchan más que otros, pero en esta serie en concreto se da una evolución dentro de todo el reparto espectacular.Creo que para empezar el mejor ejemplo es que uno de los mejores momentos bajo mi punto de vista es el inicio de la tercera temporada.No creo que la muerte de Nate sea un impedimento para la felicidad del resto, si no más bien un punto de partida para todos…Nate está lleno de vida (sobre todo en las dos primeras temporadas)y el propio ambiente de la casa Fisher y sus errores lo acaban devorando.El resto ve en ello un punto y a parte. Pero la liberación de todos no es consecuencia de ellos.En cuánto al final, si bien, el maquillaje es mejorable, la carga emocional del momento es muy grande. Aunque yo lo dejo un poco en el aire… no digo que no sea que comieron perdices… pero como los muertos que hablan durante toda la serie, creo que es algo que lleva Claire en la cabeza según conduce… Algo realidad y algo de imaginación. ¡Que elija el espectador!Final apoteósico de cualquier manera, para mi esta serie es una obra de arte.

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  16. Posh

    No consigo notar el más mínimo bajón en esta extraordinaria serie que algunos no merecen llevarse a la boca. Junto a The Wire y Los Soprano, el podio al completo.

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  17. Maestro Ciruela

    Traigo aquí esta reseña de \”loganXXX Madrid\” publicada en FilmAffinity, porque refleja exactamente lo que pienso sobre esta serie:

    \”Pocas veces, muy pocas, las formas de expresión artística trascienden más allá de lo estríctamente cuantificable y se adentran en el terreno de lo inconmensurable. He esperado a ver las cinco temporadas de esta serie para poder valorarla de forma objetiva, cosa que deberían hacer algunos de sus detractores (que afortunadamente son pocos) antes de abrir su boca para emitir el más mínimo comentario despectivo sobre una de las cimas de la historia de la televisión universal.

    \”A dos metros bajo tierra\” es, probablemente, la mejor serie de televisión que se ha hecho y se hará jamás. No creo que Alan Ball, artífice de este milagro, sea consciente del grado de intensidad emocional, profundidad analítica, belleza formal, estructura narrativa y talento interpretativo que impregna cada segundo de esta absoluta obra de arte de la televisión.

    Hay que saber mucho de la vida y de los sentimientos para plasmar en una serie tantos temas actuales y enfocarlos desde una visión tan sabia, medida y, sobre todo, con tantas toneladas de sentido común y respeto por la vida y las relaciones humanas.

    No existe ni existirá jamás una serie que, con el trasfondo de la muerte, hable de la vida tanto como ésta; que coloque en la boca de sus personajes verdades tan abrumadoras que muchos ni se atreverían a plantearse; que diseccione de raíz creencias sociales absurdas y desfasadas; que atente contra los cimientos de la misma esencia de la existencia para demostrar lo inmensamente equivocados que están muchos al criticar determinadas actitudes;
    Jamás la televisión mostró la vida de una forma más límpia, pura y clara. Jamás hablando de la muerte se dijo tanto sobre la vida.

    Ojalá esta serie fuera de visión obligatoria, y que la gente comprendiera el mensaje que encierran sus maravillosas cinco temporadas: vive, deja vivir y disfruta de la vida porque tú, como yo, un día te morirás. Y nada ni nadie puede ni podrá jamás cambiar eso.

    Sublime hasta lo inexpresable. Emotiva hasta grados incuantificable, única e irrepetible.

    Y atención a los cinco últimos minutos del último episodio de la serie porque constituyen una de las cimas artísticas más absolutas de la historia de la televisión, el cine y cualquier otra forma de arte. Son estremecedores y capaces de poner la piel de gallina a una estatua de mármol.

    Que nadie se pierda esta serie, sobre todo aquellos que se interesan por la vida y desean vivirla con la mayor intensidad y claridad posible. Y los que la aman, como yo, que nunca dejen de recomendarla; le harán un favor al mundo.\”
    ¡Choca esos cinco, Logan!

    Y ahora, quisiera añadir algo más…He leído aquí expresiones como \”el drama desatado no es mi género\”. Esta es uno de las recurrencias de mucha gente. Estas personas sienten pánico, reconocido o no, a la auténtica dureza de la vida; sí, porque \”A dos metros bajo tierra\” a pesar de su magnífico, negro e incluso desopilante humor, es la serie más dura que yo he visto jamás en TV, superando en ese ámbito a la extraordinaria \”The Wire\”. No hay nada más duro que el hecho de que nos pongan un enorme espejo delante y no podamos escapar de ver como somos en realidad. Recientemente, sentí algo casi idéntico con la maravillosa \”En terapia\”. Estos temas, los que tocan hueso DE VERDAD, son rehuídos por un amplio abanico de población; es mucho más relajado reclinar la cabeza sobre zombies, vampiritos de diseño y mafiosos de New Jersey…

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  18. Eraser Head

    Coincido: Six Feet Under es una obra maestra. Cine del más grande en formato serie. La terminé de ver hace un par de semanas y la he disfrutado casi tanto como disfruté Los Soprano en su día, que es mucho decir. PEEEERO, los seis minutos del epílogo, en mi humilde opinión, sobran de principio a fin. La música ñoña y efectista, la estética de anuncio de coche, el maquillaje de serie B, el ansia por buscar la lágrima fácil y por cerrar de golpe todas las historias sin dejar ni un resquicio a la imaginación. Esos minutos \”Disney\” desentonan tan brutalmente con el espíritu del resto de la serie que aún no alcanzo a explicarme quién se atrevió a calzar ese pegote tan burdo. Para mi, Six Feet Under termina con el reflejo de Nate corriendo y alejándose en el retrovisor. Una imagen sencilla, emocionante y poderosa. Lágrima incluida, por supuesto 😉

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  19. Facu

    A mí el final de Six Feet Under me pareció INCREIBLE, siendo que ya estaba advertido que era considerado uno de los mejores, por lo cual mis expectativas eran altas.

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