, archivado en Entourage

Contiene espoilers
——
Madurar no le ha venido bien a los chicos de Entourage. El séquito se hace mayor, se echa novia, aprende a trabajar… y eso rompe el equilibrio de una serie que tiene como premisa a unos adultos que se comportan como niños. Así está Vince: un personaje plano, cada vez más parodia de sí mismo; una cara bonita o, por ser más explícitos, un pedazo de carne relegado a innecesario y gratuito “muñeco sexual”.

 

La sexta temporada de Entourage ha resultado voluble. Quizá influye en mi percepción que es la primera vez que la he seguido semanalmente. Aunque lo dudo: las dos series que más me “tocaron” el año pasado (The Shield e In Treatment) las llevé a ritmo USA. Y me parecieron espectaculares. Entourage no.

Porque ha perdido la que alabábamos como su mayor virtud: el equilibrio. A la serie le costó arrancar y estuvo falta de ritmo hasta el capítulo 6.5., con Jeffrey Tambor y un impagable Drama vestido de golfista. Aquello cogió por fin vida, velocidad, y tramas disparatadas como la inseguridad de la mansión, el enfado de Drama con sus productores, el delirante cameo de Bob Saget, la explosión de Lloyd o el affaire “Aaron Sorkin” nos hicieron pensar que el sosete y lento inicio de temporada fue un traspiés. Del 6.5. al 6.10 la cosa aguantó y divirtió. Parecía que había recuperado ese ritmo endiablado que la caracteriza. Pero no. El 6.11. me resultó el capítulo más aburrido de toda la serie, aquel donde E. buscaba un médico, Turtle era abandonado y Drama sufría una crisis de ansiedad. Puff.

Ahora, visto con perspectiva, parece evidente que a Entourage le ha faltado timón. ¿De qué ha ido la sexta temporada? No ha habido tramas fuertes: no se sabía en qué proyecto andaba Vince, Drama ha volado de aquí para allá, E. parecía a ratos el joven Werther y, ¿cuál es la gracia de un Turtle enamorado? En el otro bando, Ari ha tenido menos protagonismo, menos conflictos y (clave de su comicidad) menos enfados; y, para colmo, su claqué dialéctico con Lloyd ha disminuido por “la pena de los 100 días”. Aún así, nos ha dejado perlas. ¡Si no, no sería Ari Gold! Aquí recogen las mejores de la temporada y acá abajo podéis ver el desternillante clímax, en plan Terminator: