Awake y otros desvelos

1. La paternidad es un asunto complejo para el seriéfilo. Sobre todo si uno escribe por devoción, como el menda. Una otitis del peque puede desencadenar una reacción en cadena que te deja resfriado el blog durante una semana. Mr. Hyde lo sabe. Diego, tú ya lo comprobarás.

2. Lo bueno es que uno aprende a dar biberones con una sola mano, a las 4 de la madrugada, mientras traquetea el mando con la otra. Quizá por eso me pierdo con el multiverso de Fringe, aunque reconozco que en los cuatro últimos capítulos (desde la melancólica niña del 4.10.) están recuperando tersura. Narrativa larga y caso de la semana en grácil armonía, como en los mejores tiempos. Y, ay, sangran los recuerdos. La recta final promete y Walter empieza a oler a héroe trágico.

3. Me echo el colacao en el zumo y me ducho con las gafas puestas. Ando soñoliento por la vida. Como un zombie. The Walking Dead también ha regresado con la promesa de agarrar rumbo propio. Sí y no. Hay más acción (el gran Clark Johnson, responsable de los pilotos y finales de The Wire y The Shield dirigía “Nebraska”, el 2.8.) pero sigue faltándole un hervor a los personajes. Además. Siempre hay un además: ahora que voy por el séptimo tomo de los cómics compruebo que los caracteres más sabrosos de la serie televisiva… ¡son los que se han creado para la adaptación AMC! Algo falla cuando renuncias al corazón de tu materia prima.

4. Hablando de cambiar el sueño. Disfruté el piloto de Awake, la tambaleante apuesta de la NBC. Dirección impecable, fotografía con sentido narrativo, inicio demoledor y una premisa muy suculenta, para desmenuzar con cuchillo de sierra. Drama poderoso, con espejos deformados y una ambición fuera de lo común. Ahí emerge su hándicap: es una serie tremendamente difícil. Hará bolo para una digestión generalista.

A Awake solo le fallan los secundarios (en especial, madre e hijo), muy descompensados con respecto al padre y sus psiquiatras. Más allá de ese borrón, las coordenadas temáticas -vidas paralelas, dilemas éticos, imposibilidad familiar- entroncan con otra propuesta del productor (Kyle Killen): Lone Star, uno de los mejores pilotos de los últimos años. Me apena, pero mucho me temo que la a priori excelente Awake correrá la misma suerte que Lone Star: el sueño de los justos.

5. Que no triunfen Lone Star, Awake, The Chicago Code, Kings o tantos otros seriales en abierto, ¿es culpa de que está cambiando el concepto de relato? ¿Se está arruinando la televisión episódica? En The AV Club han reabierto el debate (porque no es nuevo, desde luego) con este interesante artículo. Poniewozik ha respondido en Time (“Serial Killers: Are HBO-Style Dramas Ruining the TV Episode?“) y Jason Mittel, uno de los mejores estudiosos del relato televisivo, también ha puesto su granito de arena: “No, The Sopranos didn’t Ruin Television“. Compensa leerlos bien despierto.

6. Este año no he vuelto a Skins porque su última temporada me producía bostezos. Y de eso ya tengo overbooking estas semanas.