, archivado en The Walking Dead

Ni se me ocurrirá hablar del ritmo, no vaya a ser que MissMacguffin me pegue una colleja. Adelantemos por la derecha y cabalguemos praderas más verdes… y con más pústulas por metro cuadrado.

Hace un rato ha terminado la primera mitada de la segunda temporada de The Walking Dead en la FOX española. No termina de encontrar su punto y deja esa frustración propia de los productos que atesoran mucho potencial pero, ándale, no terminan de exprimirlo. El zumo regresará en febrero, ya sin rastro alguno de Darabont. Hasta ahora, han sido siete capítulos de indudable unidad temática: podríamos englobarlos bajo el título de “El paraíso que nunca existió” o, por buscar algo más pegamoide, “Mi hija es un zombie”.

(Detalles de la segunda temporada)

Tiene razón Marina (¿cuándo no la tiene?): el gran problema de esta segunda tanda del apocalipsis según Kirkman no ha sido el ritmo, pausado desde el piloto. Han sido los personajes. Veamos. A diferencia del año pasado, el grupo de supervivientes ha tenido un espacio de referencia (la granja del patriarca Hershel) y una misión concreta (encontrar a la niña Sophia). Esto permitía, desde el punto de vista dramático, posponer la urgencia de la huida para, así, anteponer la profundización en la psicología de los personajes en un entorno más estático.

Pero el paraíso -a pesar de su fachada limpia, aséptica y abundante- ha devenido pesadilla. Pasa con todas las utopías que en el mundo han sido. No iba a ser menos en un género que alienta una y otra vez la lectura sociopolítica; luego nos ocuparemos de esto.

Repeinemos ahora lo de los personajes. Desde su excepcional piloto, The Walking Dead aspiraba a expandir el nicho tradicional del cine de zombies. Vistos sus datos, el gol ha sido por toda la escuadra. ¿Cómo? Armando el juego desde el área propia según los cánones del drama familiar, poniendo en el centro del campo un triángulo amoroso, en la banda derecha un carrilero esperanzado que jamás pierde resuello, en la izquierda un nihilista centrando balones y, en la delantera, unos personajes enfrentados, en cada arreón, a los dilemas de tener que matar a seres antes queridos… que ahora juegan en campo contrario. Por si fuera poco, amenazando desde el banquillo está la incógnita de ese villano muy humano (Michael Rooker, una visión fantasmal). Sin embargo, el impasse de la granja apenas ha servido para que los personajes evolucionen; un rondito perpetuo, vamos. Ni siquiera Lori, atormentada por el embarazo, ha ganado matices. Sorprendentemente, quienes han presentado una evolución más interesante han sido los más movidos: Shane, que continúa su senda criminal y autodestructiva para precipitar el giro final, y Daryl, mucho más matizado que el violento redneck de la etapa anterior. El resto, salvo en los minutos de descuento, se han movido en círculos de autocompasión (Rick, Carol) o falta de sustancia (Dale, T-Dog).

Donde la serie sí ha ganado enteros ha sido por la vertiente ideológica. Entre muchísima paja y excesiva palabrería, rescato dos aspectos fascinantes. En primer lugar, en su afán por legimitarse más allá del nicho “visceral” y “sanguinolento”, la serie ha encarado directamente el tema de la fe. Y eso, cuando todo se ha desmoronado, cobra mucho sentido. Ahora me da igual que sean ustedes creyentes o mediopensionistas: que los protagonistas busquen respuesta en Dios es algo perfectamente coherente con el relato. Aún más: como me escribe el siempre atento lector Carlos, se han reforzado los ecos bíblicos, con ese pequeño grupo caminando por el desierto en busca de su tierra prometida, con Rick como un alter ego de Moisés, lleno de dudas y desfallecimientos ante la carga que ha de soportar. Recuerden este rezo desesperado que se marca en “What Lies Ahead” (2.1.):

Rick: No sé lo que sientes al verme ahora. ¿Tristeza? ¿Desdén? ¿Compasión? ¿Amor? Puede que solo indiferencia. Tú ya sabrás que no soy un buen creyente. Está claro que elegí tener fe en otra cosa: en mi familia, en mis amigos, en mi trabajo. El caso es que…, necesito algo de ayuda para poder continuar. Una muestra de reconocimiento o una señal de que hago lo correcto. No sabes lo que cuesta saber eso… Bueno, puede que sí.
(Cuando Rick está a punto de abandonar la iglesia, da la vuelta y dice estas últimas palabras)
Rick: Escucha, no quiero todas las respuestas, sólo un empujón, una señal. Cualquiera me vale.

En segundo lugar, la serie ha reactivado una de las neuronas más despiertas de la temporada pasada: lo que denominé “el espejismo de lo humano”. Si en el melancólico “Test Subject 19” era un científico que había dinamitado la esperanza, en esta ocasión es toda la familia Greene la que ejerce un acto de optimismo antropológico con su establo secreto (el mejor cliffhanger de los siete capítulos). Por eso, se equivoca Ken Tucker cuando trata de establecer paralelismos con posiciones pro-vida en la actualidad. Qué va, es más simple: Hershel, desde la estabilidad/ingenuidad de su fortaleza en medio de la nada, confía en que el futuro les devuelva a sus seres queridos. Una cura, quizás. O que el séptimo de caballería aparezca tocando la corneta de la victoria. Es la misma humanidad que hacía que, en el piloto, a Morgan Jones le costará tanto apretar el gatillo; en ese pedazo de carne antes habitaba un hombre.

Lo mejor de toda esta reflexión viene con el explosivo final, un crescendo que reverdece la mejor tensión de la serie. Shane, en proceso de deshumanización, perdiendo los papeles (ay, los celos), Andrea certificando su nuevo motivo para vivir (matar “caminantes”), Glen recordando por qué son peligrosos estos amiguitos y ese miedo irracional que prende como una mecha y obliga a actuar tan estúpidamente al grupo. La inesperada aparición de Sophia -levantada, una vez más, sobre esa ilusión de lo humano- y el disparo de Rickrecobrando el liderazgo: es el único capaz de actuar “racionalmente” en medio del caos- produce una descarga emocional que coloca esta escena entre las mejores de la temporada.

A la postre, el paraíso era una filfa. Mucho mejor para la historia. On the road again, boys. Ésa es la lección: solo queda seguir luchando. Reorganizarse, repensar la noción de comunidad y, por supuesto, cargar bien las armas. La fe como respuesta humana ante el abismo y la resistencia como imperativo ético ante la derrota. Al menos, morir de pie. Nada más. El cine de zombies no debe dilatar sus paradas ni entretenerse en repetir en voz alta cuánto piensan sus personajes sobre la muerte y la esperanza. Ya se sabe que el infierno, muchas veces, son los otros y que todo el género es una gigantesca, impenitente, huida hacia delante.

28 Comentarios

  1. Manuel1

    Bueno, yo soy de los pro TWD, pero no creo que este 2×07 haya dejado a alguien indiferente. Intensidad dramática como los minutos finales se ven pocas veces. Además, y sin ser amante del cine arte ni nada, creo estar curado en contra de la lentitud de estos zombies, así que, bien por mí, supongo xD

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  2. MacGuffin

    Aún no he visto el 2×07, así que sólo te diré que te libras de la colleja :).
    Ahora en serio, las quejas por el ritmo de la serie son justo las menos adecuadas, porque The Walking Dead nunca fue Speed.

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  3. satrian

    Si no han sabido utilizar la granja para desarrollar los personajes, yo sí que he perdido la fe en la serie, ha perdido fuerza desde el piloto gradualmente.

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  4. Alx

    Yo sí me he quejado de la lentitud de la serie, pero no tanto porque no fuesen a ningún lado, sino por el hecho de que durante esos primeros cinco episodios apenas ningún personaje ha mostrado una evolución. Ellos no han cambiado y tampoco se ha aprovechado las posibilidades dramáticas que ofrecían la interrelación de todos ellos en un entorno medianamente seguro. La continua sensación de permanecer en la casilla de salida de la segunda temporada me desesperaba un poco. Suerte que al final han remediado un poco esto.

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  5. watanabe

    A mí la serie me sigue pareciendo estupenda. Es cierto que le sobra un poco de intensidad emocional, y le falta algo de esa ligereza propia de la aventura pura y dura de este tipo de historias, pero todo lo que está ocurriendo en esa granja alejada de la mano de dios me parece muy interesante en si mismo.

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  6. Hyde

    Me encanta tu análisis, y estoy dispuesto a perdonarle a TWD algunos de sus pecados por lo que ofrece a cambio. Este final del 2×07 ha sido extraordinario, y la evolución de Shane, que ha dado un golpe de Estado tanto en la serie como en el grupo ha creado uno de esos grandes personajes ambiguos, malvados pero que te dejan un resquicio para la disculpa. Aunque no te guste, puedes entender por qué Shane hace lo que hace. Sí, puede que no hayan cuidado demasiado al resto de personajes o puede simplemente que Shane haya fagocitado al resto. En cuanto a Rooker, también estoy loco por que aparezca, si es que algún día lo hace. Y también me gusta, al contrario que a la mayoría, esta pausa en la Granja. Me recuerda un poco a una película denostada pero a mi juicio estupenda, \’El bosque\’. Aislados del mundo real, que a su vez está también aislado en el granero… Suelo usar un indicador, nada científico y poco profesional, para juzgar a las series. Y son los días que pasan desde que las emiten hasta que las veo en casa. A \’The Walking Dead\’ no le perdono las 24 horas, cosa que no me ocurre con series posiblemente mejores que sí aparco. Abrazo, bro

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  7. Maribel

    Es curioso pero lo que más me está gustando de la serie es todo aquello que la diferencia del cómic (Shane, Daryl, la sorpresa del granero, el comportamiento de Andrea…), y por otra parte no estoy muy de acuerdo en que el paso por la granja no haya servido para desarrollar los personajes. Si nos fijamos como están ahora respecto a cómo llegaron, vemos que la \”seguridad\” que les ofrece el sitio no ha servido de mucho para elaborar un plan común, al contrario: hay rencillas por los secretos guardados, se cuestionan las decisiones, quien debe liderar (un tema recurrente en el cómic, que la serie ha sabido aprovechar de otra manera gracias a los personajes de Shane y Daryl). Por si fuera poco, los lazos que se han ido revelando entre algunos personajes como Andrea-Shane, Glenn-Maggie, Lori-Shane… afectan siempre a una tercera persona, por lo que las tensiones están aseguradas.

    Me pareció muy significativa la escena en la que comen y Glenn se levanta para decir en alto lo que hay en el granero…. el silencio demostraba que hay como un mal rollo generalizado, ya no por la incertidumbre sobre lo de Sophia, sino porque la convivencia está causa estragos a muchos niveles.

    Si ese tramo de la temporada me ha parecido un poco lento ha sido porque han estirado demasiado la estancia en la granja, pienso que la han amoldado a las exigencias del calendario, pero hubiera estado mejor que hubiera durado un par de episodios menos, y que estos últimos hubieran sido el trayecto hasta la cárcel, porque tb podía ofrecer otro cliffhanger bueno y en febrero contar lo que pasa desde que llegan allí.

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  8. Jose

    Lo cierto es que a mí no me ha llegado a parecer una gran serie en ningún momento. Igual nos volvemos exquisitos con el tiempo y tanta maravilla :S

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  9. herb_b

    A mi me parecio una gran serie solo en el piloto… lo que si sigue pareciendome, es un gran comic, pero la version TV, esta quedandose muy lejos de su inspiracion.

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  10. Fernando Hugo Rodrigo

    No tengo muy claras aún unas conclusiones sobre una serie que, en mi caso, nunca me convenció.

    Quizá sea que el lema del \”el hombre es un lobo para el hombre\” me parece ya bastante explotado, y que el propio género apocalíptico no tenga mucho más espacio para desarrollarse.

    Coincido, sin embargo, en muchas cosas que comentas (y otras las descubro, que para eso se comparten opiniones; para que alguien te haga ver las cosas bajo otra óptica). En cierto modo, si la serie quiere mantenerse como apuesta \”comercial\” (sin que esto implique connotaciones negativas; digo \”comercial\” en oposición a Mad Men, cuya audiencia siempre ha sido pequeña) de la AMC, el camino lógico es ir explorando los desarrollos de los personajes.

    Y, como bien dices, algunos de ellos casi se han olvidado. Esos ecos bíblicos pueden, como señalas, darle un cierto vuelo a la serie, pero no sé… ¿Estamos entonces sólo ante un drama que simplemente tiene el detalle de suceder en un ambiente apocalíptico y de terror? Es decir, ¿el género con que se codea se va a ir dejando abandonado, y dará igual qué ha causado la plaga, cómo, por qué, etc?

    Aparte, tengo una duda: ¿soy sólo yo o ya se encamina a ratos al melodrama, casi con tintes de Lars Von Trier, en donde la progresión va a ser \”qué más putadas les hacemos a los personajes\”? Porque tanto sufrimiento, es un peligro, puede desembocar en un aspecto casi digamos \”pornográfico\” de los sentimientos, como, algo hay, sucede en ciertos momentos del cine de Trier.

    En fin, son preguntas al aire, aunque desde luego tu post me sirve para seguirme replanteándome si es que no veo tanto (tan bueno) como los demás sobre esta serie.

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  11. Fernando Hugo Rodrigo

    Por cierto, que estaba desaparecido porque tenía mal anotada la nueva dirección (suelo conectar con los blogs que sigo desde el mío, donde los tengo en una lista) y claro, aquello no se renovaba.

    Todo resuelto, ya. A seguir leyéndote.

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  12. Rube

    Tras acabar esta primera mitad de la segunda temporada de TWD me lance como un poseso a leerme el comic para aguantar el parón hasta febrero. Si bien el remedio puede ser peor que la enfermedad, sin soltar spoilers estas son mis conclusiones sobre las diferencias que he visto.
    En primer lugar, en la serie se han metido algunas variaciones con respecto al comic que aunque no necesariamente sean malas, pueden afectar al desarrollo futuro. Hay personajes exclusivos de la serie que en el comic no salen, otros que en el comic ya han desaparecido y otros que ya deberían estar ahí. Estas divergencias en algunos casos son positivas y en otros pueden ser un problema si cambian demasiadas cosas. Por poner un ejemplo concreto, en mi opinión, el tema de la granja está bastante mejor llevado en la serie que en el comic, donde pasa todo bastante más deprisa y tiene una resolución mucho menos efectiva y dramática. La pausa que le han dado a la serie le ha hecho ganar bastante a este pasaje en cuanto a matices y desarrollo de personajes.
    Por otra parte, a aquellos que en la serie les pasan muchas putadas a los personajes y tal… comparado con lo que se ve en el comic estos cabrones estan de vacaciones en un puto balneario. Se me ponian los pelos de punta con lo sadicos y retorcidos que son los creadores del comic y las situaciones tan putas que les hacen pasar.
    Y por último, como conclusión básica y elemental que he sacado es que la serie va a tener un grandísimo problema que la va a llevar a ser un fiasco, y ojala me equivoque, pero me parece que a la AMC le va a faltar tanto presupuesto como cojones para aproximarse ligeramente al nivel del comic, tanto por las dosis de acción como para reflejar la crudeza de las vivencias de los supervivientes.

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  13. mamen

    Creo que en esta segunda temportada la ausencia de Frank Darabont es absolutamente la clave de que las expectativas se hallan quedado en fuegos de artificio, y nada más.Al parecer, los presupuestos para la producción han bajado de forma considerable, y ello hace que el cambio de escenario, de lo urbano a lo campestre, haya sido casi obligado.Igualmente, la aparición de zombis está más que dosificada,así ahorran un poco, ¿no?.
    Causa cierta tristeza ver cómo una magnífica primera temporada no tiene esa continuidad que todos esperábamos.Para mi gusto, simp`lemente decepcionante.

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