, archivado en The Killing

Escribo de series porque me divierte. Me divierte escribir y me fascinan las series.

Pero, además, concibo el ejercicio de la crítica como una labor de intermediación cultural. Mis reseñas son largas porque trato de comprender y explicar los porqués de los personajes, alumbrar posibles incoherencias en el juego fondo-forma, discutir las cuestiones antropológicas o realzar las grandezas escondidas de tal o cual producto. Una buena crítica intenta encontrar el click que hace que algo nos maraville y, cuando es necesario, desenmascara los artificios vacuos. Además, me hacen aprender y me permiten saborear mejor las historias.

Procuro en todo momento que sea un trabajo intelectual, aunque no es difícil deslizarse por los terrenos de la pasión. Breaking Bad o The Shield me gustan demasiado como para tomar distancia. Pero lo intento. Y al racionalizar busco evitar las soflamas y esconder un colmillo que, como es habitual, me gotea ante las imposturas de esas series posmo que a tanta gente obnubilan. Me aburre la indignación moral del crítico, el “no hay derecho a esto” y la galería de aprioris. Vamos, que me torra Boyero, por ejemplo. Y echo de menos a Fernández-Santos, que estás en los cielos.

Poder consumir series anglosajonas es un regalo, se mire por donde se mire. Y una crítica pensada, incluso negativa, constituye la mejor manera de devolver el favor.

¿Y todo este rollo para hablar de The Killing? Sí. Por dos razones que parecen contradictorias: la primera porque es un churro el final de la primera temporada y, la segunda y más importante, por el despedazamiento a la que la han sometido muchos críticos de renombre estadounidenses. Gentes de las que aprendo mucho se han puesto el disfraz de indignado para pedir que Veena Sud arda en la hoguera y la AMC les devuelva el dinero. Y, hombre, hombre, no es para tanto. El amigo Hyde recoge el elenco de lindezas; a ellas me remito para quien atienda aquelarres… porque hasta Sepinwall, tan metódico, ha perdido los papeles.

A mí me interesa más desentrañar por qué una serie con uno de los mejores pilotos de la última década se ha desaguado de semejante manera. Partimos de aquí: “El capítulo doble con que debutó The Killing fue francamente bueno. Redondo. Ecos de Twin Peaks, Mystic River o, incluso, Zodiac. El gatillo de la historia no es novedoso, pero sube muchos enteros gracias a su forma y su ambición psicológica. Ese Seattle gris e inquietante, un crimen con todas las líneas de investigación abiertas, actores punzantes (Mireille Enos es una especie de esfinge pelirroja y, por fin, un papel contenido para Michelle Forbes) y la impresión de que las cloacas de la ciudad empiezan a apestar. Muy, muy poderoso. Sin olvidar esos silencios que ya empiezan a ser marca de la casa AMC y esos demoledores montajes alternos del final de cada capítulo.”

¿Han atinado estas nueve rumbas que apuntaban en el New York Magazine? Sí, todas (muy bien visto lo del chicle y los paraguas, gensanta). The Killing es una historia cuya miga narrativa no llena más de seis o siete capítulos. Está estirada con el juego del falso culpable. Además, forzar desde el inicio tanto protagonismo para la trama política evidencia que los malos irán por ahí sí o sí. Escoger un caso por temporada no es malo per se: Murder One, Twin Peaks o The Wire jugaron a lo mismo. Pero en las dos últimas, al menos, al final del día no importaba tanto Laura Palmer o William Gant, sino el cosmos sociopolítico en el que se pudren los personajes; el misterio era un macguffin. Por el contrario, en The Killing el enigma carga con el peso de todo el relato.

Jaina, en un excelente artículo, echa mano de la estética de la recepción para explicar cómo los creadores han buscado una evolución en el procedimental policíaco. Me parece que es justo lo contrario: The Killing, con tanto balbuceo y juego de manos, supone una involución del género, puesto que abusa de la sorpresa y coquetea, sin sujetador, con el deux ex machina narrativo. Al menos otros que intentaron innovar -la troupé de Damages, con su perfecta primera temporada- no jugaron al despiste en los primeros noventa minutos; desde el inicio lo de Patty Hewes era una cabronada. The Killing sí ha jugado a la fiesta de disfraces porque al final se ha revelado como algo que no prometía, ni por asomo, en los excelentes tres o cuatro primeros capítulos.

Por eso, para formas de innovar en el policíaco, me sigo quedando con los límites éticos y estéticos donde lo empujaron The Shield y The Wire.

A pesar del mal sabor de boca que deja la última conversación de Holder y el avión a Sonoma de Linden (ufff, por fin, qué pesadilla romántica), la serie de la AMC sí ha tenido listones que se han mantenido interesantes. La cara dramática de la historia está bien construida, con muchos instantes de dolor callado exhibidos con maestría y tacto. Un tipo duro que llora y que no sabe bien cuántos hijos tiene, puede ponerte un nudo en la garganta. A su lado, Michelle Forbes, una actriz habitualmente sobreactuada, ha estado muy sutil con esa mezcla de rabia, culpa, pena y odio. Gracias a ellos, en The Killing se ha respirado el dolor de la ausencia, sin caer en el sensacionalismo emocional. El infierno de la muerte de un hijo debe de ser esto.

En el otro lado del cuadro, hay solvencia interpretativa en la pareja protagonista: Mireille Enos y Joel Kinnaman han sufrido un proceso de adaptación, rechazo y amistad que ha ido a paso lento pero seguro. Cocinándose en la retaguardia. El interesante y extraño capítulo 11, con los dos personajes en cuadro durante toda la hora, terminó de perfilar la personalidad de cada uno y su relación profesional/personal gracias a un cuidado juego de miradas. ¡Por eso fastidia más el cliffhanger de saldo!

¿Ahora qué? El año que viene seguiré sintonizando The Killing. A pesar de sus irregularidades dramáticas y su pifia final, ha dejado momentos extraordinarios como el descubrimiento de Orpheus o la aparición del cadáver de Rosie Larsen. Le queda potencial, aunque haya dinamitado ya mucho. Pero mantiene un cartucho esencial: el ambiente de Seattle, tan depresivo, que le ha conferido a la historia de un sabor especial, un ritmo lloroso. Ojalá los creadores de The Killing se den cuenta de que, en el fondo, no es una serie de misterio sino un tratado sobre la pena.

20 Comentarios

  1. Labekoa

    El descubrimiento de Orpheo a ritmo de aviso de correo electrónico recibido esta entre lo mejor de la temporada, brillante y de una tensión exagerada. Y por cierto a mi el final me ha gustado.

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  2. seriéfilo

    A mi bollero tambien me torra muchísimo. Sobre la serie al final me quedo con la perspectiva de la vivencia de esos padres, rasgados por la muerte del ser querido, sin sensacionalimos ni recursos baratos. Me sorprende que después de The Walking Dead la gente crea que AMC es la panacea, no, no lo es, tiene un buen modelo pero está buscando, como debe ser, un público de masas.

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  3. MacGuffin

    La enajenación colectiva de los críticos estadounidenses con el final de The Killing jamás la entenderé. ¿Los poseyeron los espíritus de las fans histéricas de Crepúsculo? Y ya la moda de intentar comprobar si Linden y Holder eran buenos policías si fueran reales… Son personajes en una serie de televisión, esto se nos va de las manos.Yo he tenido mis más y mis menos con la serie. No creo que el final sea una "traición" porque plantaron semillitas aquí y allá desde el principio, pero es cierto que deja una sensación extraña. Pero la relación entre Linden y Holder me interesa mucho.

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  4. satrian

    Tuvo un comienzo muy bueno, tiene una estética, fotografía y búsqueda de planos muy interesante, personajes como el de Linden o Holder que funcionan, pero de momento las personas que circulan en torno al asesinato de Rosie Larsen no pueden sustentar la series, y tramas como la política no acaban de interesar, por lo que cuando han recurrido a recursos diferentes la serie ha caido, no es que el capítulo 11 estuviera mal, si no que se veía fuera de lugar, no me gusta que hayan alargado la cosa, pero no la tiro a la basura.

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  5. Seriálicos Anónimos

    No coincido con tu opinión sobre el final de la tempora, y tampoco con el linchamiento de los críticos norteamericanos…Tras cada uno de sus capítulos, hasta llegar al final, me ha mantenido atenta a la pantalla deseando averiguar por dónde iba a discurrir la trama. ¿Quién no juega a ser de detective cuando ve este tipo de series? Siempre te imaginas posibles escenarios y resoluciones que, poco a poco, se te muestran como intuición acertada o errónea. Yo creo que The Killing ha jugado bien con sus sospechosos. ¡Ya sabíamos que no se iba a resolver el misterio en el primer capítulo! Siempre ha habido un interrogante vinculado a la política, pero tal como lo han presentado, podía ser cualquier vínculo: Ahmed, Drexler, Jamie…hasta el propio Darren Richmond! La evolución de este personaje no me ha decepcionado, no me ha parecido una sorpresa… Aún me espero otro giro en la siguiente temporada…Incluso, han dejado intuir que el asesino podía estar dentro de la familia…Me fascina cómo muestra el desgarro emocional por la muerte de un hijo. La profundidad de la madre y el padre me parece fantástica. ¡Grandísimos papelones! Sobre todo el padre, que es quien lleva el luto con acción y se perciben más sus intentos de derrumbarse…La madre los muestra evidentes y constantes: pena, tristeza, rabia…¿quién no estaría como ella?Otro punto interesante es la evolución del personaje de Rosie: una dulce e inteligentísima adolescente que parece que no tiene nada de mosquita muerta…bueno, sí, que ahora realmente estás muerta. Esto añade a la trama familiar una intensa dosis de frustación, rabia, impotencia, decepción y remordimientos, por no saber con certeza quién es tu propia hija y sobrina. TREMENDO DOLORLo único que quitaba de la serie es:1. La vida personal de Sarah: qué nos importa que tenga un hijo, y que se vaya a casar, y que sea una hija de acogida…No creo que revelen aspectos de su personaje que no se puedan descubrir en su acción policial, relación con sus compañeros y ojo investigador o de otra forma narrativa…esto FUERA.2. En consecuencia: me cabreó el capítulo 11. Todos esperando a cazar al asesino enseguida y va y nos cuelan un capítulo insulso…Sí interesante relación entre Holder y Sarah, pero esto ya se ha ido mostrando en los anteriores, ¡no hacía falta este capítulo! Para mí, se les ha visto un explícito plumero de capítulo de relleno de temporada. ¡Prefiero una serie de 12 capítulos!¡Qué manía con ajustarse a la norma, incluso perjudicándo tu producto! Realmente, me pregunto si merecerá la pena la audiencia de ese capítulo por encima de posibles ventas de la serie…en fin, otra cosa que va FUERA.El último capítulo sí me gustó y me dejó con ganas de ver la siguiente temporada. Holder es un personaje que me intriga muchísimo…S.A.

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  6. Hyde

    Si la serie hubiera acabado un capítulo antes, con ese juego de correos entre Linden y Orpheus, habría sido estupendo!!! Por lo demás, querido amigo, decir que Seattle es gris y tenebrosa es como decirlo de Pamplona, San Sebastián, La Coruña. Es una ciudad preciosa, espectacular, de una belleza natural incomparable, ubicada en ese Puget Sound verde que corona el Monte Rainier y sus nieves eternas. He estado cinco veces y le juro por Don Draper que en cuatro de ellas no llovía. Un abrazo fuerte y keep us posted about your fatherhood!!!

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  7. Anonymous

    Excelente artículo Alberto, pero te agradecería que concretaras un poco más por qué crees tú que el final de temporada es un churro. ¿Por precipitado, quizás? ¿No hace falta el cliffhanger? ¿Demasiado evidente quién es el asesino desde el principio?

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  8. Javier Meléndez

    Un gran post, Nahum. A mí me gustan las reseñas largas porque con ellas se entran en profundidades.'The Killing' parecía una serie creada para los espectadores que gustan de los detalles y de las evoluciones pausadas de los personajes. Pero ha sido llegar el último episodio y traer el "ansia de saber". Es una operación arriesgada por parte de AMC, similar a la que ya sufrió 'Twin Peaks' en el último capítulo de la primera temporada. En algunos blogs apuntan que más importante que descubrir al asesino es desentramar todo lo que hay en torno a él. Disiento. 'The Killing' está sustentado en un whodunit. La cuestión es: ¿Podría el asesino ser descubierto en el cuarto capítulo de la segunda temporada y aún así seguir la serie? Si fuera así, ¿seguiría interesando? Supongo que la creadora se habrá planteado todas estas cuestiones. Yo desde luego, pienso ver la segunda temporada, igual que en su día hice con 'Twin Peaks'.¡Gracias por la mención!

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  9. Jaina

    Yo creo que el problema de fondo aquí es que el caso no daba para 13 capis ni por asomo. De ahí, esa repetición de mecanismos para engañar que claramente manchó los capítulos intermedios. El uso de esos esquemas tan culebronescos no es necesariamente malo bajo mi punto de vista. Por eso, me pregunto en mi post si estamos ante una evolución del género en cuanto a una folletinización del mismo. Aquí un género se contamina de otro y da pie a algo ligeramente diferente al extender ese caso a lo largo de dos temporadas saltándose los límites que marca el procedimental, a través del uso de técnicas narrativas muy viejas. En general, no veo las evoluciones como algo que necesariamente implique ir hacia delante, o innovar, también pueden ir a los lados y ramificarse (no sé si la metáfora me está quedando muy abstracta xD). En cualquier caso, no aprecio que se esté dando un salto hacia atrás, o involución, si fuera así me sentiría timada. Digamos que el experimento se quedó a medias, quizá con menos capítulos hubiera cuajado mejor y sí podría hablar de un producto más innovador. Obviamente, te hablo de mi experiencia con políacos de network, que siete temporadas de The Shield y cinco de The Wire parecen el Everest desde donde estoy yo jeje! Dame tiempo, pero tengo la intuición de que esas series innovan desde dentro, no desde fuera. Por eso en The Killing es muy fácil rastrear la costura.—La trama de la familia no me terminó de convencer si bien Forbes está estupenda en el papel, quizá es un problema de que los policías se comen a todos los demás. La trama política: cierto que va un poco a su bola y se nota demasiado que está ahí porque algo tiene que tener (la sutilidad tampoco ha sido el fuerte de la serie). El final está bien fundado con ese Holder ladino y poco de fiar que se nos ha ido mostrando a toda la temporada. No esperaba que fuera a convertirse en 'coleguilla' de Linden tan pronto.

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  10. Jaina

    Y, como te dije en Twitter, ¡gracias por la mención! El amigo Eco que lo estoy descubriendo ahora 😉

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  11. Nahum

    LABEKOA: Es un momento muy, muy brillante. SERIÉFILO: Bueno, y eso que The Walking Dead pudo no ir bien de crítica, pero arrasó en cuanto a público. A ver qué tal el western del año que viene. MACGUFFIN: No hablaría de "traición", sino de facilón. SATRIAN: Hay mucho secundario al que le falta más de un hervor. Pero es muy difícil levantar toda una serie así. SERIÁLICOS: Muy bien visto, pero a mí el capítulo 11 sí me gustó precisamente por eso, porque ahondaba en ellos desde una nueva perspectiva. Y por eso precisamente me sorprende más el giro del final… Más tramposo, si cabe. HYDE: Tenía que haber sido británica. ANÓNIMO: Póngase un nombre, please. Un churro por lo facilón. El disparo al político, en primer lugar, y después ese plano donde solo vemos a Holder, no sé, como que muy de barrio. Muy forzado. Muy tramposo. Cuando la serie nunca había jugado con esas armas. Una cosa es el misterio; otra cosa es cortar un plano por la mitad. JAVIER: En Twin Peaks desentrañaron el whodunnit y así les fue, ¿no? Bien visto. JAINA: Perfecto, ahora entiendo un poco mejor el planteamiento. Eso sí, tienes que darle una oportunidad por lo menos a las primeras temporadas de The Shield y The Wire, please…

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  12. Hyde

    Hablando de series británicas, grises y duras… los dos últimos capítulos de Luther, el 2×02 y el 2×03 han sido los mejores de la saga. Fantásticos. Precisamente por la extrema maldad, la ausencia de conciencia, de los enemigos de nuestro antihéroe. ¿No crees?

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  13. Laura LaPalmer

    "sin caer en el sensacionalismo emocional?"En serio? Pues a mi el tratamiento de la desgracia familiar me pareció en todo momento de lo más "culebronesca", vamos, de peli de antena 3 del domingo por la tarde…Incluso la banda sonora de esos momentos dramáticos (horrible!) parecía sacada de alguno de esos telefilmes baratos de madres que pierden la custodia de sus hijos…(así como otros elementos de la serie, como la trama del profe presunto culpable, por ejemplo).Recuerdo incluso alguna escena de vergüenza ajena como la del padre ayudando a una niña en bicicleta…

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  14. Anonymous

    cero mencion a forbrydelsen, la serie original, excelente. Copiada plano por plano, como suelen hacer los yankees. Una lastima

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  15. Nahum

    HYDE: Con tanto trasiego, aún no he tenido tiempo para ver el nuevo Luther. Y le tengo ganas. Pero quiero terminar primero Treme…LAURA: Jo, ahí discrepo. Digamos que la muerte de un hijo siempre va a ser la muerte de un hijo. Pero no me pareció nada culebronesca (sí un poco alargada, como toda la serie). Y, como digo en mi post, todo el juego de ir buscando culpables está tratado muy en largo, aburre. Pero la gestión de la pena no me parece para nada de telefilme…ANÓN: Mencioné Forbydelsen en post anteriores. Esta vez di por hecho que todo el mundo que ha visto la de la AMC sabe, al menos, que es un remake. Pero no la he visto y, con el bluff de partes de esta, me apetece mucho más atacarle. ¿La recomienda usted?

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  16. Anonymous

    perdon no sabia que ya lo había mencionado, yo la recomiendo muchísimo, pero entiendo que ya no tiene sentido verla si vio la copia. Las actuaciones de la danesa son excelentes, sobre todo los secundarios (el padre de la asesinada es excelente). Hay una temporada dos de forbrydelsen y parece que están filmando la 3. A mi me gusto mucho, aunque esta un pelin estirada al final. saludos

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  17. alfred

    El capítulo 11 es una maravilla…

    Discrepo en tu valoración global… Más que la trama en si -importante claro está-, el desarrollo de la cotidianidad y la resolución de las escenas traumáticas o del día a día, con esas excelentes interpretaciones, es lo realmente distintivo de esta serie. Por ello encuentro muy acertado tu último comentario: \”en el fondo, no es una serie de misterio sino un tratado sobre la pena.\”

    Salut!

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