, archivado en Raising Hope

Se amontonan los finales de series, por lo que en los próximos días realizaré reseñas más breves para poder llegar a todo. Comenzamos por Raising Hope, esa “Ternura low cost” que ha sabido mantener sus precios y concluir con un aterrizaje muy acrobático. 

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Aquí hay un post: ¿algún bebé de la televisión actual es más “mono” que Hope?

En un año sin grandes alharacas para las novedades de las networks, Raising Hope se ha consolidado como una de las campanadas más afables. Sigue sin ejercer de comedia rompedora o muy original. Ni reinventa el género ni lo pretende; pero sí que combina con medida las dosis de comedia física, surrealismo familiar y ese aroma afectivo que, francamente, le sienta tan bien. La sencillez también es un grado.

 

 

Tras batirlos con gracia durante más de veinte capítulos, los personajes de Greg Garcia han alcanzado su punto de nieve -esponjoso- donde juegan de memoria y saben romperle la cintura al espectador sin traicionarse. Cuando parecía, por ejemplo, que dejaban atrás la comedia sucia, se descuelgan con un divertídisimo y vomitivo “Germ of a Storm” (1.13). Pero para dribling el del último capítulo, destinado a los Emmy: “Don’t Vote for This Episode” (1.22). Yo no imaginaba que un show como Raising Hope tuviera resortes temporales; así que me quedé boquiabierto en la season finale, donde se zambulleron en un flashback de cinco años. Da gusto cuando una comedia reserva los titulares para el último cuarto; acaba esplendorosa (también lo ha hecho, y de qué manera más astuta, Parks and Recreation, de la que hablaré mañana). 

En el último capítulo, la familia Chance nos recuerda que el desastre antes vestía diferente. Maw-Maw era tan lúcida que vencía al crucigrama del New York Times y Jimmy era un chaval atormentado y absurdamente gótico. Lo de menos es que compartan día de cumpleaños; lo importante es la pátina melancólica que recubre esos recuerdos. De hecho, el episodio hizo el esfuerzo de integrar a todos los personajes ocasionales que han decorado la serie, aprovechando para ampliar matices o justificar por qué ahora son como son (¡hasta el diente de Shelley, eh!).

El resultado fueron 20 minutos redondos, con un final tan emocionante como divertido al ritmo de Home, el himno hippie y animante de Edward Sharpe & The Magnetic Zeroes (quizá les suene más esta deliciosa versión de un padre con su niña de seis añitos, uno de los exitazos de Youtube en lo que llevamos de año).

 

 

Ese final deja un espléndido sabor de boca para una propuesta que tiene como mayor virtud la de saber medir sus fuerzas. Y no, no resulta tan fácil integrar una canción en la trama para que, además, la letra encaje. En este caso, Home se adapta como un calcetín al espíritu de la serie: “El hogar es cualquier lugar donde esté contigo”. En efecto, Raising Hope es una oda al hogar, no como espacio físico, sino emocional. Un canto a la familia, a los “tuyos”, a quienes te apoyan como eres, con tus muchos defectos y tus pocas virtudes. Ríete tú de Shameless. Las penurias, el lado cabrón de la vida, los días grises se colorean siempre que haya a tu lado alguien que te quiere, ése que siempre está ahí. 

Por eso Raising Hope resulta tan tierna. Y por eso, sin ser perfecta, consigue que quieras ser un poquito mejor persona.

10 Comentarios

  1. martinyfelix

    La mejor comedia de estreno, sin duda alguna. Ese último episodio fue la guinda de un pastel que ha ido cocinándose lentamente, y que al principio estaba un poco amargo, pero luego ha resultado delicioso.Cosas culinarias aparte, estoy totalmente de acuerdo, y eso que a mí que Hope sea monísima o no me importa un bledo.

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  2. Seriálicos Anónimos

    Tal cual, Raising Hope es ternura por excelencia. Hasta el título de la serie me gusta. No te partes de la risa, pero siempre acabas el capítulo con una sonrisa en la boca y con ganas de otro, no por intriga sino por ganas de pasar otro buen rato.Pueden parecer una familia desastre, que lo son en la superficie, pero en el fondo son una familia muy consolidada, con lazos emocionales muy fuertes, ¡la madre y el padre son geniales! El capítulo del flirteo dice mucho…Además, pensándolo bien, me gustan todos los personajes porque cada uno aparece en su justa medida, ¡muy buena serie!S.A.

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  3. OsKar108

    Le quise dar un oportunidad por ser de Greg Garcia (como me gustó la 1ª de Me Llamo Earl, no me preguntes por qué aún no he visto más…….) y más o menos me gustó, por lo que quise ver algunos capítulos más, y al poco estaba encantado con todos los personajes.Creo que es un acierto el que habiendo tantos "personajes desastre" a todos se les coja cariño, y además los capítulos están muy bien organizados para que todos tengan su justa importancia. A mi me lo ha hecho pasar muy bien en todos sus capítulos.Y sí, el bebé es adorable, y sorprendentemente expresiva.¡Saludos!

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  4. Nahum

    MARTINYFELIX: Sin duda, estoy contigo. La mejor. Y este año había algunas que apuntaban y se quedaron en nada…SERIÁLICOS: Si es que al final la familia es uno de los mejores negocios, ¿que no? :)OSKAR: Al ser tan inesperada su frescura, habrá que ver cómo abordan su segundo año. El miedo de toda comedia es pasarse de frenada, ya sabes.

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  5. martinyfelix

    ¿Y cuáles apuntaban, Nahum? ¿Outsourced? Yo al principio afirmé que era el estreno que más me gustaba en comedia, pero no evolucionó nada.

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  6. Nahum

    Sí, Outsourced tenía una premisa buena, pero no era realmente muy divertida. Y yo, debilidades personales, esperaba más de la nueva comedia del creador de Arrested Development, con Will Arnett. Fail.

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