, archivado en How I Met your Mother

Hay series a las que, por cariño, les consientes mucho. Más que a otras. Minimizas sus defectos, contraatacas con sus virtudes cuando alguien las pone en duda y, como mucho, concedes aquello de que “está un pelín más floja este año”. Pero, en el fondo, sabes que la fórmula se agota. Que el cosquilleo de las primeras citas se desvaneció y… y ya nunca volverá. Sigues por fidelidad y, quizá, por unas migajas de nostalgia. Por la ingenuidad de que un día vuelvan a hacerte sentir emociones y risas olvidadas. 

Esto me pasa con Cómo conocí a vuestra madre. Sus tres primeras temporadas fueron un relámpago de ingenio continuo, una bofetada de humor que se movía entre la física descacharrante (Marshall), la comedia romántica (Ted, Robin) y el puntito gamberro (Barney).

 

Como hemos citado en otras ocasiones, la superación de la sitcom clásica vino por la revolución del formato (Larry David, Ricky Gervais) o por el revolcón de la narración (Scrubs y How I Met). Entre estas últimas, Scrubs se centraba más en retorcer el punto de vista y presentarnos la realidad desde la mirada estúpidamente divertida del Dr. Dorian, mientras que How I Met apostó claramente por centrifugar el relato tradicional desde la base. El recurso más iconoclasta fue el de proponer el narrador de la serie como un mero macguffin. Y, a partir de ahí, emplear todo tipo de técnicas narrativas para generar comicidad: flashbacks, flashforwards, narradores juguetones, repeticiones, detenciones de la imagen, etc. ¡Qué bien escrita estaba y cómo sabían encontrar una forma de romper siempre la cintura al espectador! 

La cuarta entrega ya dio muestras de debilidad, pero fue la quinta la que certificó la falta de fuelle. Exhibió un problema de equilibrio: Barney murió de éxito. Los guionistas lo convirtieron en principal, de modo que un personaje tan jugoso y excesivo asumió demasiado protagonismo (lo del amor con Robin, ains, qué error) desperdiciando los recursos cómicos de la infravalorada Allison Hannigan o convirtiendo a Marshall en un tontolaba plano. Esto, además de escorar demasiado la trama, restó fuerza a la vertiente de comedia romántica que tan bien funcionaba. ¡La madre, la madre, algo más sobre la madre, hombre! 

El tradicional y medido juego entre bufonada, humor verbal y emocionalidad descarriló al tiempo que los guiones perdían frescura. Es el problema del ingenio: el espectador aprende rápido y, para sorprenderle tras cinco temporadas, hacen falta genialidades a la altura de muy pocos. Por eso, algunas comedias se desgastan tan rápido y acaban arrastrándose por las parrillas como almas en pena. O dan un giro para travestirse en dramas.

 

 

El año pasado fue flojo, a pesar de capítulos hilarantes como las clases de Arquitectura en Economía, algunos doppelgangers, el inolvidable Von Matterhorn y su libro ¡realmente publicado! o la capacidad para sentar a la gauche divine neoyorquina en la misma mesa que Ted. Pero también vienen a la mente pifias descomunales como el cacareado capítulo musical, vaya bluff. 

Esta temporada ha empezado como acabó la anterior: con el motor al ralentí. No es tan floja como algunos claman, pero tampoco reluce como antaño. Eso sí, el 6.4. dio un acelerón. Fue un episodio bueno, muy bueno, con sus sobreimpresiones, sus quiebros al espectador, sus gags recurrentes, el caradurismo de Barney y las trampas del relato (ay, Allen, ay).

Precisamente ahora valoro más capítulos como éste último. Porque me recuerda lo grande que fue How I Met your Mother y, sobre todo, los chispeantes momentos que me ha hecho pasar. Por eso seguiré ahí, cada martes, para ver cómo resucita.

11 Comentarios

  1. seriéfilo

    Me psa más o menos como a tí, que llegado un punto dejó de importarme ver los capitulos de forma semanal, y eso es sintoma de agotamiento, creo que, para que la audiencia siga el formato, deberían darle una vuelta de tuerca, aunque a estas alturas debemos conformarnos con episodios menos malos.

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  2. satrian

    Como me decepcionó el capítulo musical del año pasado, y Subway Wars estuvo bien, pero tampoco al nivel de las primeras.

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  3. manganxet

    A mí la cuarta me pareció horrible pero la quinta no tanto, y creo que la sexta ha vuelto con las pilas puestas. O quizá sea que ya me he acostumbrado a lo "malo" y no me acuerdo de lo genial que fue en su día… sea como sea a mí aun me hace disfrutar mucho.

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  4. OsKar108

    A mi es una serie que me sigue gustando bastante, cierto que las 2 primeras temporadas son insuperables, pero me sigue haciendo reír más que otras cuantas. A lo mejor ayuda que yo la veo a mi ritmo cuando tengo la temporada al completo. Me gusta ir leyendoos impresiones sobre la temporada.¡Saludos!

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  5. MacGuffin

    Yo sí creo que han vuelto a recuperar las cosas que la hacían diferente, pero seis temporadas son muchas y es inevitable que o nosotros dejemos de verla así o que les cueste más conseguir ese nivel.También creo que con esta serie se crearon dos visiones en la quinta temporada que nunca van a reconciliarse. A quien dejara de gustarle entonces, ya no volverá a hacerlo.

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  6. Midas

    Qué capítulo tan bueno, sí señor. Nada más verlo me vino a la mente lo que mismo que a ti, es un capítulo como de los del principio. Precisamente, hace poco recomendé a una persona que comenzara con esta serie y todos los días me comenta lo que le encanta y se ríe, está en la primera temporada. Sin duda la serie ha perdido algo de gracia, pero para mí sigue siendo de mis comedias favoritas y todos los capítulos suelen conseguir que suelte una buen carcajada. Aunque sea una.

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  7. Prax

    Yo también soy de los que sigue la serie por costumbre e inercia. La quinta fue un bache difícil de superar, pero sí pienso que esta sexta ha empezado muy bien.Poner a Barney al frente absoluto fue un error, se ha inventado tantas y tantas peripecias que ya es casi imposible que saque una técnica para ligar que sorprenda. Por eso me gustó mucho el capítulo 2, en el que Barney muestra una faceta menos explorada. Alberto, creo que donde pones Allison Janney te refieres a Alyson Hannigan, quien interpreta a Lily. Por cierto, también creo que está subexplotada. Y Marshall no es que sea un tontolaba, es que es absolutamente insoportable. Cómo ha involucionado, Dios. De ser ese freak simpatícón bienintencionado al servicio de Lily, a un histriónico sin límite más pasado de rosca que he visto en mi vida. De verdad, no puedo con él.

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  8. Nahum

    SERIÉFILO: Es que, supongo, es muy difícil mantener la frescura tras cinco temporadas. SATRIAN: Lo del musical fue un bluff en toda regla. MANGANXET: En la cuarta venía de ver todo de un tirón. Quizá por eso la tengo en buen recuerdo. OSKAR: Algún día habrá que estudiar eso: ¿cómo influye ver una serie de tirón o semana a semana? MACGUFFIN: Pero creo que la visión que ganó sobre la quinta temporada fue la negativa. Ya sé que tú te rebelabas (con razón) contra eso, pero cuando la gente se acostumbra al caviar… ya no le vale cualquier cosa. MIDAS: Yo puedo criticar cosas, pero no hay martes que no la vea. Son como amigos a los que te apetece volver a ver cada semana. PRAX: ¡Qué bueno tenerte de vuelta tras las trifulcas sobre Lost, je! Veo que en esta ocasión coincidimos casi en todo. Ah, muchas gracias por señalar el error, lo cambio ahora mismo. DNIEL, ANTOK: 🙂

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  9. Brian Edward Hyde

    Es curioso que la serie esté narrada por el tipo menos carismático de su elenco (más aún siendo como es una comedia). Y es verdad, echo de menos que aprovechen más a Alison Hannigan, que a mí me hace reír muchísimo más que Barnie el Evidente.Seguiremos al tanto, antes de que se queme…

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