, archivado en Lie to Me

Y no lo digo solo por hacer un juego de palabras. Lie to Me es una serie mucho más estimulante y astuta de lo que parecía a primera vista. Las aventuras de estos psicólogos y antropólogos especializados en detectar mentiras a través del lenguaje corporal y la voz me está resultando un procedimental de lo más apañado.
La primera temporada no está mal. Cortita y eficaz. La premisa tiene su gracia, no hace excesiva ostentación de su inteligencia y juega muy bien con las imágenes de famosos que documentan otros comportamientos de tal o cual expresión mentirosa (en la secuencia de entrada: Bill Clinton ni más ni menos). Sin embargo, puse en duda toda esa legitimidad “científica” al toparme en el 1.4. con un separatista vasco (¡no hay manera de que los llamen por su nombre: terroristas! ¡Ay, cuánto romántico de la guerrilla!). En dicho episodio, los expertos de The Lightman Group ponen como ejemplo la cara de ansiedad y rabia de “nuestro” salvapatrias antes de inmolarse en un autobús lleno de gente. ¿¿Cómoooo?? Si metían un patinazo así con una realidad tan tristemente conocida por nosotros, ¿cómo tragarse todo el rollo positivista de las “microexpresiones“? Porque ése era el pacto que sustenta la credibilidad profesional del show: 

Tras aquello, estuve a punto de dejar la serie. Pero seguí. Porque tiene puntos graciosos (sobre todo cuando las conversaciones se llenan de implícitos mediante los rostros “que hablan”), porque hay soluciones ingeniosas a los enigmas y porque ofrece un contrapeso dramático entre el equipo de investigadores muy similar al que tienen los simpáticos pedantillos del Jeffersonian en Bones. Hasta ahí, con sus peros, Lie to Me era una serie correcta, entretenida, con el adecuado equilibrio entre intriga, drama y comedia. Hasta que desembarcó el gran Shawn Ryan (The Shield, The Unit) como showrunner de la segunda temporada. Y reventó el casino.

Como escribía Paul Levinson, Ryan ha otorgado “punch” a la serie, ha logrado imprimir en Lie to Me una visceralidad visual que la ha elevado a otro nivel. En la segunda temporada ha habido secuestros, tiroteos, póker explosivo, muertes, amenazas al Presidente, luchas contrarreloj, muchas pistolas e, incluso, un frenético capítulo ambientado en plena guerra de Afganistán. Además, las relaciones familiares, humanas y amorosas de los protagonistas han ganado en profundidad. La hija de Lightman es un personaje delicioso y la tensión sexual entre Cal y Gillian o entre Loker y Torres se dosifica con sutilidad, perfectamente integrada en la trama y con varios momentos que llegan a tocar la fibra sensible.

Eso sí, los detractores del histrionismo interpretativo podrán despacharse a gusto contra Tim Roth: manos gesticulantes hasta el cansancio, cabeza ladeada una y otra vez en busca de la expresión reveladora de sus “casos de estudio”, acento británico disfrazado… Pero tanto exceso se sobrelleva porque su Cal Lightman es un tipo listo, provocativo, engreído, con un pasado oscuro, capaz de soltar perlas como ésta una y otra vez: “Nunca dejes que los hechos obstaculicen la verdad”.

¿Qué le puede faltar a Lie to Me? Ahora que este procedimental, como le ha ocurrido a Bones, ha encontrado una identidad propia (alejada de la alargada sombra de CSI), solo restan dos cosas:

1. Una derrota. Es decir, que Lightman cometa algún error científico, que pase por alto tal o cual detalle que lleve al traste una investigación y ponga en entredicho todo el sistema.

2. Que aparezca en escena el Moriarty de turno. Ese enemigo implacable al que se admira tanto como se quiere enchironar. Grissom lo encontró en aquel Paul Millander. Seguro que Shawn Ryan no tarda en enseñarnos el suyo; de tipos malvados sabe un rato…

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Cortesías (Series a la parrilla y la bala dorada de Skins

11 Comentarios

  1. MacGuffin

    Con las críticas que he leído sobre la segunda temporada, me empieza a picar la curiosidad por ver Lie to me, pero no sé. Creo que aún tengo que pensarlo.

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  2. Alfon Swearengen

    No se si esta vez me vas a persuadir Nahum. A primera vista me atrae menos que la prima fea de Cuenca.Me huele mucho a "El mentalista", que después del brillante primer episodio, sólo me provocó unos cuantos bostezos.

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  3. probertoj

    No sé, a mí la primera me pareció de derribo. El procedimental llevado al límite, todo muy forzado, desde el planteamiento hasta los actores, y va picando en las virtudes de aquí y de allí (lo de Bones que comentas, por ejemplo) para dejarte siempre a medias. Pero me fío: habrá que echarle un ojo

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  4. satrian

    Es cierto que le hace falta un malo maloso, que Shawn Ryan le ha dado profundidad y dureza a los casos que se agradece, pero no ha mejorado tanto como esperaba, aun así espero al episodio reencuentro de parte del elenco de The Shield en Lie To Me, para ver si hay más cambios positivos.

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  5. OsKar108

    Yo la voy siguiendo a ritmo de Fox España y la verdad es que no está mal. La comparación típica es con El Mentalista (la cual también veo a ritmo de España) pero a mi me gusta más esta, y más en su 2ª temporada que los casos son algo más interesantes y parece que vamos conociendo un poco más a los personajes. No llega a ser una maravilla en mi opinión (Bones por ejemplo me encanta y eso que me enganché tarde, cuando ya había encontrado "su tono" y luego me tuve que poner al día) pero a veces es cuestión de que vayan "haciéndose a si mismas" y mientras vaya en un horario como este y me vaya bien ir viéndola ahí estaré.¡Saludos!

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  6. seriéfilo

    Tim Roth es insoportable! solo por eso no podría ver la serie, pero por shawn ryan puedo hasta intentarlo… bueno no que esta Tim Roth.

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  7. Anonymous

    Me pone de los nervios cada vez que Tim Roth está mirando a alguien a ver si miente y gira la cabeza a 180º. Parece que le han cambiado el eje a la niña del exorcista. No se a que viene eso, queda ridículo y además va en contra de lo que intenta hacer. Un indicador básico para saber si alguien finge una expresión es por la falta de lateralidad (que el lado derecho y el izquierdo no concuerdan bien), con lo que girar la cabeza es una gilipollez que te hace más dificil verlo.

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  8. Nahum

    MACGUFFIN: Tú eres la experta en procedimentales, pero creo que este puede gustarte. A nosotros nos tiene atrapados. ALFON: En este caso, el piloto, como dice P. Roberto, era flojito. La cosa no empieza a coger fuerza hasta mediada la temporada y, sobre todo, con la segunda. P. ROBERTO: Si recuerdas la primera temporada de Bones, ¿no te pareció también normalita? SATRIAN: Ahí hay un tema que no he conseguido aclarar. ¿Sabes tú cuándo vuelve la serie para esta segunda temporada? Sé de ese capítulo (o varios), pero no tengo claro cuándo, porque la propia web de FOX no dice nada de la vuelta de la serie. OSKAR: A mí "El mentalista" me fue interesando menos (solo vi casi toda la primera temporada), por lo simplón de algunos casos. En este caso, justo lo contario: cada vez me gusta más. SERIÉFILO: Pues sobreactúa el tipo que no veas. ANÓNIMO lo ha descrito a la perfección. Es sobre todo la cabeza, ¡qué forma de moverla sin parar, parece que se la va a esguinzar!

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  9. Alejandro A

    por lo que escribes me has picado la curiosidad por una serie que de por sí me había interesado pero no estoy del todo convencido porque el procedimental es un género que me cuesta..

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  10. Dani

    Yo creo que esta segunda temporada la serie ha encontrado su hueco y su estilo, consiguiendo que su gravedad, por llamarlo de algún modo, no deprima, sino que estimule. A mí Roth me parece que queda bien en el papel, porque el personaje es así. La estoy disfrutando así que, de acuerdo contigo.

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